La afluencia de vacacionistas a la mayor de Las Antillas, atraídos por la riqueza de la naturaleza cubana, su cultura e historia, se complementa con una amplia gama de opciones para el disfrute amplio del ocio.
Centenares de kilómetros de excelentes playas, ofertas para la practica del inmersionismo, el ecoturismo, recorridos por sitios históricos y vinculados a las tradiciones de la isla se incluyen en una agenda donde también tiene espacio la espeleología.
Los estudios de expertos revelaron que las dos terceras partes del territorio del archipiélago están compuestas por rocas calcáreas, a lo cual se añade la influencia del clima para contar en Cuba con los mayores sistemas cavernarios del área.
Para los amantes de esa disciplina, a lo largo y ancho del verde caimán se contabilizan unas 10 mil cavernas de los más variados tamaños, muchas de ellas respaldadas con una evolución que data de 25 millones de años.
Las mayores formaciones cavernarias de la isla se localizan en el occidente cubano, específicamente en la provincia de Pinar del Río, plaza fuerte del turismo de naturaleza, donde en sitios como la Sierra de los Organos se encuentran cuevas que atraviesan los mogotes de lado a lado.
Las cavidades de esa formación montañosa contienen importantes depósitos de riquezas desde el punto de vista paleontológico, con fósiles de la fauna pleistocénica ya extinguida, algunos de ellos únicos.
Muchas de esas cuevas son de origen fluvial, con rutas superpuestas que constituyen sistemas verdaderamente impresionantes, como es el caso del llamado Santo Tomas, el mayor de la isla al contar con unos 45 kilómetros de galerías exploradas.
El nombre proviene del arroyo de Santo Tomas, el cual dio origen junto a sus afluentes a las enormes galerías subterráneas, repletas de tesoros científicos, bellezas naturales y fósiles que recuerdan la evolución de la vida en el archipiélago cubano.
Entre los lideres del mundo subterráneo de la isla se localizan en el territorio de la provincia otros dos colosos: los grupos Palmarito-Novillo (con 42 kilómetros de extensión) y Majagua-Canteras (35 kilómetros).
Mas al occidente, en la península de Guanacahabibes, las investigaciones revelaron el hallazgo en la cueva de La Barca de una especie de murciélago que ya se consideraba desaparecida en el país caribeño.
Asimismo, en la caverna del Perico-I, en Bahia Honda, ya se identificaron los restos de 164 individuos pertenecientes a comunidades aborígenes, para convertirse así en el mayor cementerio preagroalfarero de la mayor de Las Antillas.
En el inigualable Valle de Viñales, los vacacionistas se tropiezan con la Cueva del Indio, redescubierta hacia 1920 y famosa por el hallazgo de restos humanos y objetos de los antiguos habitantes del territorio, además de constituir una opción para las excursiones por el río que la atraviesa para apreciar las formaciones rocosas de su interior.
Los numerosos atractivos de las entrañas de Pinar del Río muestran una vez mas que la industria del ocio en Cuba va mas allá de una simple oferta de sol y playa, pues dispone de opciones para todos los gustos.