La occidental provincia cubana de Matanzas, conocida por atractivos que van desde el famoso balneario de Varadero hasta el humedal de la Ciénaga de Zapata, complementa sus ofertas para el turismo con opciones culturales nocturnas.
Numerosos museos, paisajes naturales y una arquitectura singular en la ciudad capital del territorio integran las opciones a disposición de los vacacionistas, ahora ampliadas con la inauguración del cabaret Tropicana Matanzas.
Su ubicación en la margen izquierda del Río Canimar y a pocos kilómetros de Varadero le otorgan un significado especial a la instalación, al representar una nueva posibilidad de disfrute para los miles de visitantes que acuden cada año a la popular Playa Azul.
La belleza del entorno que rodea al centro, nueva versión del famoso Cabaret Tropicana de La Habana, convierten al centro en sitio de obligada parada en el panorama turístico del territorio.
El nuevo centro de Matanzas, gestionado por el grupo Gran Caribe, es el menor de los tres integrantes de una familia que tiene en la instalación de la capital a la reina de los establecimientos nocturnos de la isla.
Con la consigna de "Un paraíso bajo las estrellas", por mas de cinco décadas ha servido de inspiración a presentaciones muy recordadas, algunas de ellas vistas incluso en escenarios internacionales.
Una segunda versión se localiza en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, mientras el miembro mas joven del grupo tiene a su favor un excelente equipamiento técnico y facilidades para el disfrute de unas 400 personas al aire libre.
Además de la oportunidad de deleitarse con espectáculos de un sello único, el cabaret ofrece los servicios de snack-bar, cafetería y tiendas para la comercialización de tabaco, café y recuerdos de la estancia en la isla.
En el interior del Tropicana Matanzas resalta el vitral concebido por el artista plástico Ernesto García Peña, el cual con sus dimensiones -18 por 11 metros- es considerado por muchos expertos como el más grande de América.
La decoración se completa con las rejas de hierro fundido de Luciano Rafar, unido a elementos aportados por los trabajos del escultor Tomas Lara.
Los criterios de los especialistas califican al centro nocturno como una obra maestro en su tipo, respaldada por las soluciones arquitectónicas, técnicas y la belleza del entorno que la rodea, a lo cual se suma desde su apertura una puesta en escena genuinamente cubana.
Precisamente, para esa ocasión se preparó cuidadosamente un espectáculo que lleva por nombre "Las Alturas de Simpson", en alusión a una pieza musical compuesta en 1879 y que se considera como la primera señal formal del danzón en la mayor de Las Antillas, género que tuvo su nacimiento en Matanzas.
En esa obra también tienen lugar el bolero, mambo, el son y los inigualables ritmos afrocubanos, agrupados con el propósito de brindar una noche para recordar en el acogedor ambiente de la nación caribeña.
Con todo ello, Matanzas se ratifica como el complemento cultural ideal para los vacacionistas interesados en conoce las esencias de la isla.