La occidental provincia cubana de Matanzas, con una ciudad capital del siglo XVII, encierra numerosas riquezas vinculadas con el surgimiento y desarrollo de ese territorio, pleno de bellezas naturales, historia y tradiciones culturales.
También llamada la Atenas de Cuba, Matanzas cuenta con un atractivo singular en el llamado Museo Farmacéutico, con sede en una botica fundada en enero de 1882 y que operó con esos fines hasta 1964.
La mencionada botica francesa, única de su tipo que se conserva en el orbe, cuenta con los instrumentos utilizados en la época para la obtención de medicamentos, así como numerosos frascos de porcelana decorados a mano.
En el sitio dedicado a la preparación de los fármacos se encuentran incluso los libros de recetas con mas de un millón de formulas originales, unido a la medalla de Bronce obtenida por los especialistas en la Exposición Universal de París en 1900.
A las más diversas manifestaciones culturales esta dedicado el Museo del Arte, con una amplia muestra de pinturas, grabados, esculturas, piezas decorativas y muebles, entre otros exponentes de singular calidad.
Especial atención entre los visitantes despiertan las salas dedicadas a pinturas y grabados de Matanzas, correspondientes a los siglos XIX y XX, así como piezas del arte universal procedentes de Francia, Inglaterra y Holanda.
Otro de los locales de la instalación recrea el ambiente de la historia del territorio a través de muebles, pinturas, cristalería y cerámica de fábricas europeas.
El Palacio de Junco, palacete construido en 1838 en un entorno colonial español, acoge al Museo Provincial desde 1980, donde los visitantes se tropiezan en su recorrido con el estilo de vida del pasado colonial, el contraste de los propietarios criollos con el de los esclavos que se encargaban de producir el azúcar y el café.
Destacado exponente de la urbanización en Matanzas durante el siglo XIX, el inmueble sufrió los efectos de un incendio en 1845 -el famoso siniestro del Barrio de La Marina- y quedo casi destruido, aunque fue reconstruido por primera vez dos años mas tarde.
Sus salones acogen los mas variados exponentes que permiten el encuentro con los mas de 10 mil años del desarrollo de Cuba, desde las comunidades aborígenes hasta nuestros días.
Entre los inmuebles destinados a preservar la riqueza histórica del territorio esta El Morrillo, localizado en uno de los fuertes construidos en el siglo XVIII para proteger la ciudad de los ataques de corsarios y piratas.
En el citado museo se exhiben piezas de arqueología aborigen por estar ubicado en el mayor centro de asentamiento de nuestros primeros habitantes, unido a objetos personales de Antonio Guiteras y el venezolano Carlos Aponte, destacadas figuras de la primera mitad del siglo XX.
Con esta variedad de atractivos, por solo citar algunos, Matanzas esta en condiciones de revelar sus secretos a los miles de vacacionistas que cada año transitan por su territorio, respaldada por la cercanía del balneario de Varadero y la riqueza natural que encierra la región.