La Villa de la Santísima Trinidad, tesoro único de las tradiciones, cultura e historia de la mayor de Las Antillas, constituye uno de los principales atractivos para el ocio en la región central de la isla.
Con mas de cuatro y medio siglos de vida, la añeja región conserva en perfecto estado muchos de los atributos que la caracterizaron desde su fundación hacia el 1514, para figurar así entre los siete primeros poblados constituidos por los españoles en el archipiélago cubano.
Pilar de la industria azucarera de la isla, con el poderoso centro de esa actividad en el llamado Valle de Los Ingenios, Trinidad refleja en su entorno la singularidad que le aporto ese quehacer a su entorno arquitectónico, perfectamente conservado hasta nuestros días.
Por todo ello, figura como sitio preferido para miles de visitantes que acuden cada año a conocer su riqueza histórica, excelentes playas y naturaleza exuberante.
Hoteles, centros de buceo y marinas se dan la mano para conformar una oferta difícil de igualar, con opciones para los gustos más exigentes.
A una docena de kilómetros de la villa se extienden las suaves arenas de Playa Ancón, dueña de cálidas y tranquilas aguas tributadas por el Mar Caribe, en un ambiente que constituye una invitación a la practica de deportes náuticos, con unos 30 puntos para el inmersionismo.
Los amantes del buceo contemplativo tienen en Cayo Blanco de Casilda un buen lugar para su actividad, apoyados en fondos donde se localiza el coral negro, tortugas y crustáceos.
La playa de María Aguilar, cercana a la Villa de Trinidad, ofrece aguas tibias y poco profundas con fondos marinos plagados de gorgonias, numerosas variedades de corales, abanicos de mar, peces tropicales y quelonios.
En esa área se ubica la Marina Puertosol Cayo Blanco, con dos posiciones de atraque y diez de fondeo para las embarcaciones, a las cuales se les brinda servicios de combustible, electricidad, seguridad y aduanales.
Entre los hoteles del territorio destaca el Costasur, uno de los símbolos del turismo de sol y playa de ese destino, con unas 140 habitaciones, algunas de ellas localizadas en bungalows con un estilo constructivo colonial.
Para las novedades esta el Trinidad del Mar, con más de 200 capacidades distribuidas en una extensión de cinco hectáreas y una arquitectura donde predominan los arcos, cubiertas planas, tejas criollas, plazas y calles de adoquines.
A poca distancia del centro histórico se ubica en Hotel Las Cuevas, cuyo nombre responde al conjunto de grutas ubicadas en la elevación donde fue construido hace más de cuatro décadas y que se integran a la instalación.
La infraestructura para el ocio se completa con establecimientos como el Hotel Ancón, localizado en la península de igual nombre, o la villa de recreo María Dolores, la cual se apoya en las tradiciones campesinas de la región y ofrece la opción de alojamiento en cabañas climatizadas.