La porción central del archipiélago cubano, que comprende a provincias como Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spiritus, cuenta con un enorme potencial para la practica del turismo de naturaleza, unido a decenas de kilómetros de excelentes playas.
Cultura e historia se dan la mano además con tradiciones heredadas de la época de la colonia, unido a sitios de características únicas para actividades náuticas, programas de senderismo y opciones dedicadas al turismo ecológico.
En esta última modalidad se destaca en Villa Clara el lago Hanabanilla, único con características intramontanas del país y alimentado por tres afluentes (ríos Negro, Hanabanilla y Guanayara), plaza ideal para los amantes de la naturaleza.
El mencionado reservorio cuenta con un espejo de agua de 14,9 kilómetros cuadrados, y entre 30 y 40 metros de profundidad como promedio, con una altitud sobre el nivel del mar de 364 metros y un potencial de almacenamiento en torno a los 300 millones de metros cúbicos.
En lengua aborígen su nombre se interpreta como "pequeña cesta de oro", fiel reflejo de la riqueza natural de la región y ocupando el lugar otrora conocido como Valle de la Siguanea, donde se establecieron siglos taras emigrantes gallegos dedicados en lo fundamental al cultivo del café.
Las leyendas también tienen espacio en el lugar, pues algunas asocian el nombre del sitio con una de las hijas del jefe aborigen Arimao, uno de los lideres de la resistencia contra los españoles, y los habitantes más viejos aseguran que la figura de la india aparece entre el agua en época de crecidas.
En el lugar, la pesca de la trucha constituye una de las actividades de mayor interés para los visitantes, ahora mediante el método conocido como "marca y libera", contribuyendo así a preservar la fauna del lago.
La oferta de naturaleza contempla programas como el del sendero El Nicho, el cual transita por la montaña junto al cauce alto del río Hanabanilla y numerosos saltos de agua en sucesión, en un paisaje calificado de maravilla por los vacacionistas.
La zona cuenta con las facilidades de alojamiento del hotel Hanabanilla, el cual brinda las comodidades que requiere el ocio en la actualidad con 125 habitaciones bien equipadas, unido al complemento que ofrece su ubicación junto al lago.
Asimismo, un paseo fluvial por el Río Negro permite apreciar la belleza inigualable del lugar y su ambiente campestre, a lo cual se suma la agradable oferta gastronómica en el ranchon, especializado en platos típicos de la comida criolla.
Los viajeros en su recorrido pueden acceder también a la pequeña Cascada del Amor, que en su descenso termina en una refrescante poceta ideal para aliviar el calor del verano cubano en un ambiente agradable y único.
En los alrededores del embalse pueden ser apreciados ejemplares de tocororos, cotorras, carpinteros reales y patos floridos, entre otras especies de aves endémicas que habitan la región, todo ello en un entorno que invita al descanso y la meditación en estrecho contacto con la naturaleza.