La provincia de Ciego de Avila, en la porción oriental de la mayor de Las Antillas, cuenta a su favor con importantes atractivos que respaldan el dinámico crecimiento de la industria del ocio en el territorio, visitado cada año por miles de visitantes.
Una naturaleza exuberante, tradiciones culturales únicas y una historia centenaria se dan la mano para satisfacer las expectativas de los vacacionistas, muchos de ellos atraídos por la ciudad de Morón.
Con una existencia que alcanza ya los 460 años -fundada en mayo de 1543- su origen esta en manos de familias que emigraron desde Sancti Spíritus, además de marineros que navegaron a lo largo de la costa norte en busca de aventuras y fortuna.
Según las tradiciones, son varias las versiones que apuntan al nombre de la localidad, una de ellas vinculada a su fundación sobre una elevación de escasa altura, lo cual coincide con la definición geográfica de "morón", que quiere decir pequeño montículo de tierra.
Otra de las opciones destaca que entre los primeros pobladores del lugar había uno procedente del pueblo sevillano llamado Morón de la Frontera, quien le puso esa denominación al sitio en recuerdo a su patria natal.
La tercera variante sostiene que la parcela donde se localiza la ciudad fue otorgada en 1525 al señor Ramón Morón, por acuerdo del Ayuntamiento de Puerto Príncipe.
La centenaria urbe es también conocida como la Ciudad del Gallo, en alusión al símbolo de los pobladores del lugar y con base en una leyenda que data de la época de la colonia, convertida en atractivo especial para el turismo.
En las construcciones de la ciudad el estilo predominante es el ecléctico, donde se destacan viviendas con zócalos decorados con baldosas vidriadas y azulejos, además de las barandas de madera y rejas de hierro con figuras geométricas.
Asimismo, en los inmuebles se aprecian los alquitrabes lisos o decorados, los arcos y también los aleros tornapuntas, de los que todavía existen muestras en el Centro Histórico Urbano de la añeja ciudad.
Morón cuenta también con una iglesia católica, la reliquia constructiva más vieja que se mantiene en pie y es la única del país que posee una torre almenada y aspilleras en sus paredes.
La edificación fue utilizada como cuartel militar en las guerras independentistas, en la llamada Guerra de la Chambelona y en la última contienda de liberación nacional.
Precisamente, en un terreno ubicado frente a la iglesia se efectuó en 1851 la primera corrida de toro, ejecutada por expertos toreros venidos de España.
Entre las peculiaridades históricas de la ciudad esta la circulación del primer periódico en 1855 bajo el nombre de "El Faro de Morón", dirigido por Francisco Fernández, a la vez que por esa fecha circulo por las calles de la urbe la primera volanta.
Numerosos detalles completan la tradición de la urbe, convertida en una opción mas que apoya la expansión de la actividad turística de la provincia, donde se localizan también riquezas que avalan los programas de naturaleza, sol y playa.