La nación cubana, fruto de la mezcla de los nativos con los colonizadores españoles, esclavos africanos e incluso trabajadores asiáticos, tiene en los antiguos sitios arqueológicos aborígenes la posibilidad del reencuentro con sus orígenes.
La cultura cubana actual muestra aun el legado de los antepasados, donde no pocos asentamientos poblacionales conservan los nombres indígenas, como son los casos de Camagüey, Habana y la propia Cuba, voces que fueron transcritas según el alfabeto latino.
Uno de esos lugares se localiza precisamente cerca de Banes, en el oriente de la isla y conocida también como la capital arqueológica de la mayor de Las Antillas, donde el paso del tiempo parece haber respetado a los recuerdos acumulados durante siglos.
El sitio, denominado Chorro de Maíta, toma su nombre de un manantial ubicado en las cercanías de su actual localización, en una zona donde tradicionalmente habitaban los grupos agroalfareros nativos antes de la llegada de los españoles, favorecidos por el clima y la fertilidad de los suelos.
Años de trabajo arrojaron como resultado el descubrimiento del mayor sepulcro indígena del Caribe, donde pruebas científicas aseguran que los cráneos y esqueletos encontrados en el sitio pertenecieron a personas que vivieron entre 1490 y 1540.
Sin embargo, los estimados van mas allá de esos resultados y califican a los hallazgos como el reflejo de la comunidad primitiva residente en el sitio hace unos 10 mil años.
Para los visitantes resulta particularmente atractivo e interesante el encuentro con el recinto sepulcral -de dos mil metros cuadrados- donde se localizan 56 de los 108 entierros ubicados en las pesquisas arqueológicas, respetando la forma, lugar y profundidad a la que fueron detectados.
Las investigaciones realizadas en el lugar arrojaron asimismo el hallazgo de un ídolo de oro en forma de cabeza de ave, el cual representa al dios Inriri Cahababayael, adornado además con cuentas de coral y utilizado por los antepasados a la hora de invocar a la naturaleza.
Conchas de perlas, pedernal, fragmentos de cerámicas, platos, asas con forma humana y animal, pendientes de concha y piedra - considerados los mas atractivos en la región-, morteros y cuentas sirven de mudos testigos en el sitio de Chorro de Maíta, cual veladores de los sepultados.
El sitio figura en la preferencia de los visitantes que acuden a la provincia de Holguín, respaldada por mas de dos mil 300 habitaciones turísticas y la presencia de los principales grupos dedicados a la actividad en Cuba (Cubanacán, Gaviota e Islazul, entre otros).
Ocho zonas de playas, varios cayos dedicados al turismo, parques naturales y centros de opciones extrahoteleras completan la oferta del territorio para la dinámica industria del ocio, muy visitada por miles de vacacionistas cada año.
Arenas blancas, temperatura agradable y una vegetación formada por matorrales costeros, bosques vírgenes y mangles se integran para formar una oferta difícil de rechazar por parte de los visitantes que acuden a la provincia.