La provincia cubana de Pinar del Río, la más occidental de la isla, se erige como la abanderada del turismo de naturaleza con sitios de belleza única que constituyen un tesoro inigualable en la riqueza de la mayor de Las Antillas.
En ese territorio, con elementos como el Valle de Viñales, la península de Guanahacabibes o el proyecto de desarrollo sostenible de las Terrazas, tiene en Soroa a una plaza también conocida como el arcoiris de Cuba.
Localizada a solo 70 kilómetros de la capital, la mencionada localidad presenta una imagen única, con un hermoso salto de agua de 22 metros de altura que constituye una invitación a refrescar en cualquier época del año.
Una de las elevaciones que rodean a ese sitio, denominadas mogotes por la forma redondeada de su cima, sirve a la vez de mirador, con una vista singular que permite contemplar paisajes de belleza incomparable, con numerosas aves y plantas, muchas de ellas endémicas de la zona.
El turismo cuenta en ese sitio con los servicios del Hotel y Villas Soroa, complementado con un agradable microclima, valiosos recursos naturales e histórico-culturales, en especial su diversa flora y fauna silvestre.
Paseos a caballo y diversas modalidades del senderismo, con el acompañamiento de personal especializado, figuran en la amplia oferta de Soroa, la cual incluye recorridos por ruinas de cafetales franceses del siglo XIX, el río Bayate y la Comunidad campesina El Brujito-La Comadre.
El entorno natural del lugar se abre además a iniciativas como el cicloturismo y el montañismo, con paseos por las márgenes del río Manantiales y baños únicos en la llamada Poza del Amor.
Las opciones de alojamiento incluyen 49 cabañas dobles y 10 casas, todas ellas climatizadas y con facilidades de televisión vía satélite, minibar y varios de los inmuebles con piscinas privadas.
Asimismo, los vacacionistas tienen acceso a una variada oferta gastronómica en los restaurantes del complejo turístico, unido a la oferta especial de baños mineromedicinales con aguas termales en piscinas colectivas.
Pero el mas conocido atractivo de ese sitio esta en el orquideario, punto obligado para todos los turistas que visitan la provincia, con especies de esas flores procedentes de todas partes del mundo.
El orquideario de esa localidad occidental es el mayor del país y posee en sus 35 mil metros cuadrados más de 20 mil plantas de 700 especies, al tiempo que cuenta con miles de ejemplares de helechos y arbolados que lo convierten en un singular sitio de la sierra del Rosario, reserva mundial de la biosfera.
Las primeras variedades de esa planta llegaron a Soroa en 1948, importadas por el entonces propietario del lugar - el acaudalado español Tomás Felipe Camacho -, considerado entonces la persona con mayores conocimientos en Cuba sobre ese fascinante mundo de colores y fragancias.
En el hermoso paraje se conservan aún valiosos ejemplares de los siglos XIX y XX, reliquias de este sorprendente sitio, plaza de primera línea en el occidente cubano para los amantes del turismo de naturaleza.