La región oriental de la mayor de Las Antillas, tesoro natural de excelentes playas y entorno en perfecto estado de conservación, se beneficia además de la existencia de sitios que le otorgan un valor único para el ocio.
En esa zona, con los sistemas montañosos de más altura en la isla, abundan por doquier las huellas dejadas por la historia cubana, en complemento con aportes únicos de la naturaleza como son las formaciones conocidas como Sierra de la Gran Piedra.
El nombre surge de uno de los valores geológicos más importantes de la provincia de Santiago de Cuba, representado en un enorme bloque de roca de origen volcánico, con unas dimensiones que incluyen 51 metros de largo, 25 de alto y 30 de ancho, con un peso estimado por encima de las 63 mil toneladas.
Precisamente, ese es el punto culminante del sistema montañoso, con una altura de mil 225 metros sobre el nivel del mar e integrado en los atractivos que conforman el Gran Parque Nacional Sierra Maestra.
El establecimiento tiene además la característica de ser el único del país que ofrece opciones de alojamiento a una altura de mil 225 metros sobre el nivel del mar, en un entorno natural privilegiado del oriente cubano.
Considerado como un acogedor complejo turístico de montaña, cuenta con el atractivo adicional de estar rodeado de ruinas de antiguos cafetales, declaradas por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Ubicado en el Parque Nacional la Gran Piedra, la instalación está distante a solo 28 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, la cual se enlaza por vía aérea con numerosas ciudades de Europa y América.
Para los huéspedes del hotel esta la opción de ascender hasta el Mirador - en lo alto de la piedra - por una escalera de 452 peldaños, en una acción donde el visitante se enfrenta a la aventura rodeado de una abundante vegetación de helechos, orquídeas y otras especies que habitan en la zona.
Varios centenares de categorías vegetales, de ellas 222 de helechos, y con el 22 por ciento de ellas endémicas complementan la oferta del sitio para el turismo de aventuras, a lo cual se añade una fauna con 926 especies donde destaca el tocororo, ave nacional cubana.
La roca es también apreciada como un mirador natural de condiciones únicas, pues ofrece a la vista que quienes se aventuran a escalarla los atractivos de uno de los paisajes de mayor belleza en el territorio.
A disposición de los visitantes están 17 habitaciones en cabañas y cinco bungalows con todas las facilidades para el ocio, entre ellas televisión vía satélite, minibar y frigoríficos.
La instalación dispone además de un excelente restaurante, bar cafetería, parrillada, paseos a caballo, programa de entretenimiento, parqueo, servicio médico y de guías especializados para recorrer los senderos disponibles en la modalidad de ecoturismo.