La industria turística cubana, considerada como el sector más dinámico de la economía nacional, se apoya para su expansión en los numerosos atractivos que le aportan los tesoros naturales del país, entre ellos centenares de kilómetros de excelentes playas.
Precisamente, la oferta de sol y mar acapara la atención de miles de visitantes que acuden cada año a disfrutar de las calidas aguas que rodean a la mayor de Las Antillas.
Sin embargo, un patrimonio histórico y cultural bien conservado, con elementos que muestran la presencia de la arquitectura colonial en las más diversas localidades del país, añaden nuevos atractivos a la industria del ocio en la isla.
En ese contexto, pequeñas instalaciones turísticas figuran en los más recónditos lugares de Cuba, listas para acoger a quienes prefieren conocer el país caribeño a lo largo y ancho.
Entre esos establecimientos se incluye el Hotel Miraflores, un pequeño inmueble que se localiza precisamente en la ciudad minera de Moa, en la zona oriental, rodeada de mar y montañas.
Con un centenar de habitaciones que brindan a los huéspedes las facilidades indispensables para el ocio, complementa su oferta con opciones gastronómicas que permiten un recorrido por la cocina típica cubana.
Pero lo más importante de su ubicación está en su proximidad a Baracoa, villa primada de Cuba, fundada entre 1511 y 1512 por el Adelantado Diego Velásquez bajo el nombre original de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.
Unido a la fuerte carga de historia que encierra la ciudad tiene como sello particular el carácter afable de sus pobladores y la belleza de una urbe rodeada de montañas, ríos y abundante vegetación.
El paisaje natural se complementa con una montaña aplanada de 575 metros de altura conocida como el Yunque de Baracoa, por su similitud con esa pieza utilizada por los herreros para su labor.
El propio acceso a la ciudad constituye una aventura al realizarse por una vía muy peculiar que serpentea entre las montañas y responde al nombre de La Farola, con 11 puentes colgantes y el punto más relevante en Altos de Cotilla, a más de 600 metros sobre el nivel del mar.
Los visitantes se ven envueltos en un ambiente cargado de recuerdos de la época colonial, que incluyen la famosa Cruz de La Parra, fabricada por los españoles durante el primer viaje a América con maderas preciosas del lugar y que fuera utilizada para oficiar por Fray Bartolomé de Las Casas.
Asimismo, desde el Hotel Miraflores los vacacionistas pueden acceder a los atractivos de la provincia de Holguín, donde se localizan hasta 14 ciudades importantes, entre las cuales destacan Banes - considerada la capital arqueológica de Cuba - y Gibara, esta última doblemente atractiva por el excelente estado de conservación de su arquitectura colonial ibérica.
Como uno de los principales puertos del oriente cubano para el comercio de esclavos y azúcar desde el siglo XVIII (Gibara), Holguín encierra asimismo las ruinas de las fortificaciones españolas que protegieron a sus ciudades del asedio de piratas y corsarios, atraídos por las riquezas de la colonia.