La capital cubana, principal destino turístico de la isla, apoya su gestión en una historia centenaria y riqueza cultural que consolida su posición en la industria del ocio, con atractivos que incluyen ofertas de excelentes playas.
La Habana fue considerada desde su fundación oficial – en noviembre de 1519 – como una posición ventajosa para el comercio y las comunicaciones, además de constituir un fiel exponente de la arquitectura colonial en Cuba.
Para quienes acuden a la urbe, está la opción de adentrarse en las calles del centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Con ese propósito, los visitantes apuestan por el alojamiento en instalaciones ubicadas en el corazón de la urbe, donde se combinan las facilidades para el descanso con un entorno arquitectónico único.
Entre esos establecimientos destaca el Hotel Lido, situado a unos 15 kilómetros de la Terminal Aérea Internacional José Martí y a escasa distancia de entidades emblemáticas de La Habana.
Lugar de atmósfera familiar y trato amable que invita a repetir la estancia, los huéspedes del Lido están a solo unos pasos del Centro Gallego (Gran Teatro de La Habana), el Museo de Ciencias Naturales y el Centro Asturiano, actual Museo de Bellas Artes.
Asimismo, desde la instalación pueden visitarse el Museo de La Revolución, el Paseo del Prado, hoteles, restaurantes, cines, comercios y la Habana Colonial con sus castillos, plazas, casonas, calles empedradas y la activa vida social y cultural que lo caracteriza.
El Lido cuenta con 65 habitaciones climatizadas, equipadas con servicio telefónico, baño privado, restaurante-parrillada, canje de moneda, caja de seguridad y taxis, considerado por los especialistas como ideal para turistas individuales.
Los inquilinos del establecimiento pueden acceder a una ciudad que representa en la actualidad un singular museo viviente de los más diversos estilos constructivos, reflejo de las etapas de desarrollo por las cuales atravesó la histórica urbe.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir – a decir de los expertos – el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.
Entre esas obras, el Castillo de la Real Fuerza (concluido hacia 1577) abrió el camino en el continente al diseño renacentista en las construcciones militares, con un estilo que predominó en España en época de los Reyes Católicos y fue llamado también isabelino.
Decenas de museos, galerías de arte, teatros e instituciones únicas como el Ballet Nacional de Cuba avalan esa posición, al servir además de sede a numerosos festivales internacionales de cine, danza, artes plásticas y literatura, entre otras manifestaciones.