La mayor de Las Antillas, destino turístico de dinámico crecimiento en el Caribe, cuenta con una gran diversidad de atractivos que van desde las opciones de sol y playa, cultura, tradiciones e historia.
Entre las diversas provincias del país, Pinar del Río – la más occidental – se erige como una plaza fuerte del turismo de naturaleza, con un entorno casi virgen y acompañado de numerosas especies de la flora y la fauna.
Para muchos entendidos, el hecho de haber comenzado la colonización de la mayor de Las Antillas por el oriente dejó a ese territorio como una de las últimas opciones para los españoles, lo cual le ha permitido conservar hasta nuestros días una flora y fauna endémicas en su mayor parte.
Más allá de sus fértiles suelos para la agricultura, recursos mineros (cobre y oro) y los famosos habanos, Pinar del Río tiene uno de sus mayores tesoros en el entorno natural, con atractivos de singular belleza como el Valle de Viñales – Paisaje Cultural que figura como Patrimonio de la Humanidad.
Precisamente, en esa zona se concentra una parte importante de las capacidades para el ocio en la provincia, si bien en la propia ciudad-capital se localizan instalaciones listas para acoger a aquellos visitantes interesados en el territorio.
Entre ellas destaca el hotel Pinar del Río, situado a pocos minutos del centro de la urbe y caracterizado por la calidad de sus servicios y una atención personalizada.
A partir del establecimiento es fácil el acceso a sitios naturales de singular belleza, entre ellos las Vegas de Vueltabajo – dedicadas al cultivo de la aromática hoja -, así como la Fábrica de Licor Guayabita del Pinar.
El nacimiento de esa bebida se remonta al siglo XIX, elaborada con una fruta silvestre que se encuentra solo en este territorio y procesada para dar lugar a dos variantes: seca y dulce.
La instalación dispone de 136 habitaciones y 13 cabañas climatizadas, con televisión vía satélite y opciones gastronómicas en varios restaurantes que brindan platos de la cocina cubana e internacional.
Edificaciones de siglos pasados aún se erigen, majestuosas, en sus posiciones de la capital provincial, como son los casos de la catedral, levantada en 1883, o el teatro José Jacinto Milanés, centro cultural que data de 1838 y construido en su totalidad de madera.
Asimismo, en la zona de Soroa, la industria del ocio cuenta con los servicios de un Hotel y Villas, acompañadas de un agradable clima peculiar, recursos naturales, históricos y culturales, además de excelentes aguas medicinales.
Paseos a caballo y diversas modalidades del senderismo, con el acompañamiento de personal especializado, figuran en la amplia oferta de Soroa, la cual incluye recorridos por ruinas de cafetales franceses del siglo XIX, el río Bayate y la Comunidad campesina El Brujito-La Comadre.
Con esas opciones, el territorio más occidental de Cuba está listo para brindar un programa de ocio inigualable, marcado por la naturaleza y el verde color de sus campos.