La mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en el Caribe, cuenta con una extensa historia de tradiciones, cultura y riqueza natural que se mezclan para integrar un producto único a disposición de los miles de vacacionistas que acuden cada año al país.
Unido a los numerosos atractivos que representan las excelentes playas, museos, centros nocturnos y ejemplos de la arquitectura colonial en perfecto estado de conservación, Cuba posee también el tesoro que representa su religiosidad popular.
En ese proceso se dan la mano las enseñanzas de aquellas manifestaciones llegadas del viejo continente con las aportadas por los esclavos traídos desde Africa por los colonizadores españoles, en especial los procedentes de la tribu de los Yorubas.
De esa forma, los Orishas – dioses de esa religión – son reconocidos en Cuba desde hace casi cinco siglos, reflejados con sus características humanas y aquellos elementos que los distinguen, entre ellos los colores, música, animales, preferencias en alimentos y bebidas.
Los representantes Yorubas en la isla recibieron la denominación de lucumíes, atribuida por diversos expertos a la expresión fonética de su saludo "oluku mi" y que se interpretaba con el significado de "mi amigo".
A pesar de los intentos de los colonizadores por llevar su religión a las filas de los esclavos, éstos lograron preservar hasta nuestros días las principales enseñanzas de esa manifestación e incluso llegaron a identificar a los Orishas con los santos del catolicismo.
De ese complejo proceso surgió una especie de sincretismo religioso que es conocido en la actualidad como Santería.
La amplia relación de deidades africanas incluye a Obatala, la cual representa la claridad y está asociada con Nuestra Señora de las Mercedes, mientras su hijo, Elegua (San Antonio), es visto como el abridor de caminos.
Yemaya, la diosa del mar y madre de todos los santos, se identifica con el color azul y se reconoce en la figura de la Virgen de Regla, en tanto Shango, el dios yoruba del fuego y de la guerra, vive en lo alto de las palmas reales y controla el relámpago; su color es el rojo y está asociado con Santa Bárbara.
Su hijo, Aggayu Sola, dios de la tierra y protector de los viajeros, tiene semejanzas con San Cristóbal, a la vez que Oshun, esposa de Shango y compañera de Yemaya, es la diosa del amor y de los ríos y se simboliza con el color amarillo.
Asimismo, destacan figuras como Oshosi, Orisha de la caza y protección, Orunmila u Orula (sabiduría), Babalu Aye (enfermedades) y Oya (muerte), entre otras deidades del mencionado culto.
Al igual que la religión católica, la Yoruba tiene una serie de mandamientos que deben cumplir todos los creyentes y practicantes, conocidos como las 16 Leyes de Ifá, cuyo origen se atribuye a pronunciamientos de Orunmila, Orisha de la sabiduría y la adivinación.
Los diversos elementos de religiosidad que acompañan ese culto en la isla constituyen además un atractivo único para nacionales y extranjeros, interesados en ese extraordinario valor patrimonial incluido en el espectro cultural cubano.