El flagelo de la esclavitud, característico de una época donde las necesidades de mano de obra barata marcaron su auge, dejó también en la sociedad cubana una importante herencia cultural que se integra en el entorno de la isla.
Centenares de sitios en la geografía de la isla recuerdan a cada momento a miles de hombres, mujeres y niños, arrancados a la fuerza de sus hogares para nunca más volver.
Comidas, costumbres, danzas, música, el propio lenguaje y el singular componente religioso están en el legado que llega a las nuevas generaciones procedentes de remotas regiones.
El mundo de la esclavitud encuentra en Cuba exponentes de la tragedia, con zonas arqueológicas, plantaciones y barracones, estos últimos dedicados a acoger a los maltratados en condiciones de hacinamiento.
También los cantos, bailes y manifestaciones llegadas al país encuentran su espacio, se extienden por los rincones de la mayor de Las Antillas y están a disposición de todos en la sociedad actual.
Precisamente, las tradiciones de la época de la esclavitud encuentran su espacio en las manifestaciones culturales actuales, con énfasis en acciones como las que ejecuta el Conjunto Folclórico Nacional.
Fiel heredero de esa riqueza traída desde el llamado continente negro, desde su constitución en 1962 se erigió en una institución diseñada para rescatar y divulgar en lo danzario y lo musical los valores verdaderos de la cultura popular tradicional cubana.
Asimismo, apoya la investigación y selección de aquellas expresiones cuya esencia folclórica posee un real contenido artístico, capaz de aportar elementos de gran alcance estético y escénico.
Su trayectoria en más de cuatro décadas incluye presentaciones en diversos escenarios de unas 500 ciudades de Europa, Asia, Africa y toda América.
En el repertorio del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba se incluyen más de sesenta obras, las cuales reflejan las tradiciones cubanas desde sus orígenes europeos – español y francés – hasta los africanos, fundamentalmente las culturas yoruba, congo y carabalí, entre otras.
No obstante, la labor de la agrupación va mas allá de las presentaciones, pues impulsa programas de actividad pedagógica mediante eventos como FOLKCUBA, donde acuden aquellas personas interesadas en aprender de primera mano los bailes y la música cubana.
Maestros de la danza folclórica y la percusión afrocubana ponen a disposición de los amantes de las tradiciones sus conocimientos, surgidos siglos atrás y consolidados en el transcurso del tiempo.
Colorido, ritmo, movimiento, tradición y vida son algunos de los elementos que conforman las propuestas de la agrupación, las cuales reflejan en un ambiente de modernidad la herencia cultural de los primeros esclavos traídos a estas tierras por los colonizadores.