La oriental ciudad de Santiago de Cuba, fundada en 1514 por el Adelantado Diego Velásquez, se erige en la condición de capital del Caribe, favorecida por su posición geográfica y su centenaria historia.
Tras servir de principal urbe cubana hasta 1607, la acción depredadora de corsarios y piratas determinó hacia fines del siglo XVI la construcción de la fortaleza de San Pedro de la Roca del Morro, considerada por los entendidos como una de las obras defensivas más formidables ejecutadas por los ibéricos en el llamado entonces Nuevo Mundo.
Su principal diseñador y arquitecto fue el famoso ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli, responsable en años anteriores de los trabajos de fortificación de San Cristóbal de La Habana.
La fortaleza se integra junto a La Socapa, La Avanzada y La Estrella en el sistema defensivo de la bahía santiaguera, y todo ello está considerado como el mayor y más completo ejemplo de ingeniería militar renacentista europea aplicada en las condiciones del Caribe.
Sin embargo, al mismo tiempo fue el más inútil, pues los trabajos para su edificación – ubicada en un gran peñón sobre la bahía santiaguera – duraron cerca de 200 años, para finalmente ser declarado en 1997 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y con la contradicción de servir de sede al Museo de la Piratería.
Hacia el centro de la urbe, con una extraordinaria variedad de museos, se localiza la antigua Plaza de Armas, corazón de la ciudad y conocida como el parque Céspedes en homenaje al también llamado Padre de la Patria cubana, Carlos Manuel de Céspedes.
En sus alrededores destacan innumerables muestras del arte arquitectónico colonial, con obras como la Catedral de Nuestra Señora de Asunción, erigida en el siglo XVI y que guarda en sus salas una pintura en tablilla, a la cual muchos expertos señalan como la más antigua de Cuba.
También en las cercanías del corazón santiaguero se encuentra la casa más antigua del archipiélago, la de Diego Velázquez, la cual fue además Casa de Contratación y Fundición de la Corona, levantada en bloques de piedra de cantería y que aún muestra algunos de sus elementos originales como los techos de alfarjes y celosías moriscas.
Entre las instituciones y museos se destaca el centenario Bacardí, líder en antigüedad en la isla, con una colección de armas que recuerdan las luchas independentistas en el país, artículos de los aborígenes cubanos e incluso momias incas y egipcias.
En los alrededores de la ciudad, la Gran Piedra – registrada como la mayor del mundo en el libro de records Guinness – se erige majestuosa e imponente, con sus cerca de 63 mil toneladas ubicadas a unos mil 220 metros sobre el nivel del mar.
El nombre surge de uno de los valores geológicos más importantes de la provincia de Santiago de Cuba, representado en un enorme bloque de roca de origen volcánico, con unas dimensiones que incluyen 51 metros de largo, 25 de alto y 30 de ancho.
Las leyendas de su origen abarcan hasta las versiones que le atribuyen su formación debido al impacto de un meteorito que cayó hace millones de años en el mencionado territorio oriental, aunque la más verídica es aquella que considera su nacimiento debido a la explosión de un volcán submarino.