El archipiélago cubano, privilegiado con una envidiable posición geográfica en el Caribe, muestra una combinación perfecta de diversas propuestas de turismo urbano con la existencia de centenares de kilómetros de excelentes playas en toda la geografía nacional.
De esa forma, las ciudades encuentran su complemento en las tranquilas, cálidas y transparentes aguas que rodean a la mayor de Las Antillas, atractivas además por los numerosos sitios dedicados a la práctica del inmersionismo.
En ese escenario destaca precisamente la capital cubana, el mayor núcleo urbano del país con más de dos millones de habitantes y principal destino del ocio en la isla.
Una amplia infraestructura hotelera y de servicios, con más de 10 mil habitaciones, respalda la gestión del sector en la urbe, con potencialidades para casi todas las modalidades de la actividad, entre ellas los viajes de negocios, turismo cultural, de incentivos y reuniones.
Otrora villa de San Cristóbal de La Habana, conocida también como Ciudad Antemural de las Indias Occidentales y Llave del Nuevo Mundo, cuenta con una amplia oferta de atractivos que van desde la cultura hasta la tradicional opción de sol y mar.
La existencia de decenas de museos, centros nocturnos, restaurantes de fama internacional y elementos de la arquitectura colonial convierten a la urbe en sitio obligado de visita para los vacacionistas foráneos.
Unido a ello, esta la opción del llamado Circuito Azul, con más de 15 kilómetros de franja costera donde destaca en especial el sitio conocido como Santa María del Mar.
Figuran asimismo áreas preferidas por los vacacionistas como Bacuranao, El Mégano, Boca Ciega y Guanabo, para conformar de esa forma un verdadero complemento a los programas de los miles de visitantes que acuden cada ano a la ciudad.
En su vecindad, Jibacoa capta la atención gracias al peculiar diseño de un sitio de tranquilas aguas, flanqueadas por elevaciones de hasta 100 metros de altura paralelas a la costa, con una agradable sensación de privacidad.
El sol, mar y excelentes instalaciones se suman a práctica de deportes náuticos y actividades recreativas para todos los gustos, respaldadas por una infraestructura hotelera capaz de satisfacer las exigencias del turismo internacional.
Las zonas de arena cercanas a sus orillas se extienden hasta el borde de la plataforma insular poblada de corales y una fértil vida subacuática, que la convierten además en sitio ideal para el buceo y la contemplación de fondos marinos inigualables.
Por lo general, las mencionadas playas disponen también de facilidades como centros nocturnos, restaurantes, bares y todos los servicios que brindan la oportunidad de conocer hasta el más mínimo detalle a la capital de los cubanos.
Asimismo, en el área se ubica la Marina Tarará, punto de encuentro para los amantes de actividades náuticas, con servicios de atención a las embarcaciones las 24 horas, restaurantes, excursiones y facilidades de alojamiento.
Entre los hoteles de mayor demanda en el Circuito Azul está el Tropicoco, localizado a escasos metros de la playa y con una atractiva atmósfera caribeña, resaltada por amplios jardines exteriores e interiores.
De esa forma, los programas turísticos de ciudad encuentran su pausa refrescante hacia el este, donde a escasos kilómetros están siempre a la espera las hermosas playas del Circuito Azul.