El archipiélago cubano, favorecido con la existencia de decenas de playas de excelencia, la riqueza de su naturaleza e historia, surge con fuerza como un destino ideal para la práctica de un amplio espectro de actividades vinculadas con el turismo.
Programas de ecoturismo, excursiones a sitios de interés cultural, acceso a programas de ocio y salud forman parte de las iniciativas que tiene el país caribeño para los vacacionistas.
A las propuestas tradicionales se suman opciones que sirven de complemento, entre ellas las fiestas populares conocidas como carnavales, eventos de carácter internacional en los más diversos sectores y productos propios de la isla, entre ellos el ron Havana Club y los inigualables habanos.
Cada año, los primeros meses acogen una popular fiesta dedicada precisamente a los amantes del tabaco cubano, producto elite de la economía nacional y que encierra en sus verdes hojas y singular aroma una historia de más de cinco siglos que le aporta además un sello único de distinción.
Aunque se cultiva en la actualidad en casi todas las provincias del país, las mejores tierras para esa actividad en la isla se localizan en el occidental territorio de Pinar del Río – en especial la zona de Vueltabajo –, considerado la cuna del mejor tabaco del mundo.
Una perfecta combinación de suelos, clima y humedad dan lugar a un producto que es calificado por los entendidos de exclusivo en el orbe por su aroma, color, textura y sabor, todo ello indispensable a la hora de preparar los famosos habanos de la isla que tanta demanda enfrentan entre la clientela más selecta.
La preparación de un habano representa para su creador una verdadera obra de arte, trabajada todo el tiempo a mano, y comienza desde la escogida, donde se seleccionan las hojas por su tamaño y clase y de acuerdo a las características específicas de cada tabaco o vitola.
A decir de especialistas el secreto de un buen tabaco está en una perfecta ligada, donde se combinan en la proporción debida hojas voladas, secas y ligeras.
Su creciente aceptación dio lugar al surgimiento de instalaciones especialmente diseñadas por todo el mundo, con condiciones propias para el disfrute de una excelente vitola y la conservación del producto en condiciones ideales.
En ese último aspecto entra a jugar el arte de ebanistas especializados, encargados de confeccionar con maderas selectas humidores donde los habanos se protegen de los cambios de ambiente y mantienen el aroma y sabor que los eleva a la categoría de tesoros para sus dueños
Cuba destaca a nivel mundial por sus habanos, en especial los del tipo Premiun – hechos a mano –, de los cuales se distribuyen más de 240 formatos bajo tres decenas de marcas, entre ellas Cohíba, Montecristo, Romeo y Julieta, Partagás, Hoyo de Monterrey, Quintero, H.Upmann, Punch, San Cristóbal de la Habana, Trinidad y Cuaba.
Con ello, los miles de turistas que acuden al país cada año a disfrutar de sus atractivos pueden acercarse también a uno de sus productos de mayor renombre internacional, con opciones de admirar incluso su historia y fabricación sin que ello implique el consumo directo.