El archipiélago cubano, con una naturaleza única que extiende su influencia en toda la geografía de la mayor de Las Antillas, se apoya en esa riqueza para el diseño de programas turísticos que promueven el potencial de la isla para esa modalidad.
Para los especialistas, el vínculo de la naturaleza con las opciones de playa o urbana añade además valor al producto turístico, y en especial Cuba, con una fauna que cuenta con unas 16 mil 500 especies descritas y donde algunos grupos zoológicos muestran un endemismo superior al 90 por ciento.
En la occidental provincia de Matanzas, la Ciénaga de Zapata, integrada en el Gran Parque Natural de Montemar, constituye una de las opciones turísticas de mayor atractivo, además de ser el paraíso por excelencia para los amantes de la ecología.
Playas de azules aguas, bosques exóticos, ríos, lagos, cavernas inundadas, piscinas naturales, zonas vírgenes y sabanas típicas de ciénaga se suman para brindar refugio al 30 por ciento de la fauna autóctona de la mayor de Las Antillas.
El centro geográfico de la zona está en Playa Larga, con sus 400 metros de aguas cálidas, excelentes arenas, fondos cubiertos de corales y varios senderos naturales para el pleno disfrute de una naturaleza prácticamente virgen, con el Centro Internacional de Observación de Aves.
Mientras, en el extremo más occidental de la isla, la provincia cubana de Pinar del Río se abre a la mirada de los visitantes con una variada oferta que tiene como eje los más diversos atractivos naturales.
El comienzo de la colonización de la mayor de Las Antillas por el oriente dejó a este territorio como una de las últimas opciones para los españoles, lo cual le ha permitido conservar hasta nuestros días una flora y fauna endémica en su mayor parte.
Más allá de sus fértiles suelos para la agricultura, recursos mineros (cobre y oro) y los famosos habanos, Pinar del Río tiene uno de sus mayores tesoros en el entorno natural, con atractivos de singular belleza como el Valle de Viñales – Paisaje Cultural que figura como Patrimonio de la Humanidad.
Grandes pilares de rocas de caprichosas formas nombrados mogotes aportan un toque especial al valle y uno de ellos, el Dos Hermanos, tiene pintado en una de sus laderas el Mural de la Prehistoria, que representa la evolución de los seres vivos.
Otro de los puntos de interés para los vacacionistas está en los sistemas cavernarios localizados en el territorio, los mayores del país, entre los cuales destaca la cueva de Santo Tomás, con una longitud de 45 kilómetros que la convierten además en la tercera de América Latina.
Al sur de la provincia de La Habana, separada por unos 100 kilómetros de mar de la mayor ínsula, se encuentra la Isla de la Juventud, sitio vinculado a leyendas, aventuras y tradiciones, mezclado además con una naturaleza única y numerosos atractivos para el turismo.
Para la zona de Punta del Este están varias cuevas que muestran singulares exponentes del arte rupestre de los aborígenes cubanos, en especial del grupo conocido como Guayabo Blanco, de la cultura siboney.
Muchos de los expertos calificaron el lugar como una Capilla Sixtina del arte rupestre del Caribe insular, donde se aprecia un calendario lunar, formado por 56 círculos concéntricos (en rojo y negro) y los nueve planetas del sistema solar.