La bien ganada fama del tabaco cubano se convierte hoy en día en una creciente presencia de clientes interesados en degustar los puros de la isla, que ofrecen una combinación perfecta de excelentes tierras y clima con la experiencia centenaria en el cultivo de la aromática hoja.
La industria del habano en la isla tiene para los gustos más exigentes una amplia gana de cerca de cuatro decenas de marcas y más de 700 vitolas, todas de elevada calidad.
Las finas vegas de la occidental provincia de Pinar del Río aportan casi la totalidad de las capas utilizadas para la envoltura exterior del puro, sometidas al final de un proceso que puede durar más de un año a cerca de 190 operaciones antes de concluir en las manos de un fumador.
La preparación de un habano representa para su creador una verdadera obra de arte, trabajada todo el tiempo a mano, y comienza desde la escogida, donde se seleccionan las hojas por su tamaño y clase y de acuerdo a las características específicas de cada tabaco o vitola.
A decir de especialistas el secreto de un buen tabaco está en una perfecta ligada, donde se combinan en la proporción debida hojas voladas, secas y ligeras.
A todo lo anterior se suma una precisa estrategia de comercialización, que incluyó la creación de una empresa mixta con la presencia de la firma cubana Habanos S.A., la cual vendió el 50 por ciento de sus acciones al consorcio Altadis, fruto a su vez de la fusión entre las empresas Tabacalera S.A. (Espana) y Seita (Francia).
El futuro se presenta atractivo, pues Altadis es la entidad líder a nivel mundial en la distribución de puros, con el 25 por ciento del mercado internacional, a lo cual se suma la creciente demanda del tabaco tipo Premium, de más de tres gramos y elaborado de forma manual en su totalidad, principal oferta de la isla.
Asimismo, el 2001 debe finalizar con más de un centenar de establecimientos en todo el planeta con la franquicia para la venta de las más famosas marcas de puros cubanos, con instalaciones especialmente diseñadas para el disfrute de una excelente vitola y la conservación del producto en condiciones ideales.
En ese último aspecto entra a jugar el arte de ebanistas especializados, encargados de confeccionar con maderas selectas humidores donde los habanos se protegen de los cambios de ambiente y mantienen el aroma y sabor que los eleva a la categoría de tesoros para sus dueños.
La política promocional de la industria cubana del tabaco cuenta entre sus programas con la celebración anual de festivales internacionales, el tercero de los cuales tendrá lugar del 19 al 23 de febrero de 2001 y dedicado en esta ocasión a los 35 años de la marca Cohiba y el quinto aniversario de Vegueros y Cuaba.
Común para todos los asistentes a este tipo de encuentro -entre ellos empresarios, artistas, periodistas y en general amantes de los habanos- está un programa que incluye seminarios, concursos, degustaciones, visitas a plantaciones y fábricas, con el plato fuerte del "Cigar Dinner" donde se dan a conocer los premios al "Hombre Habano del Año".
El tabaco cubano, con el aval de una historia de más de cinco siglos, confirma así la condición de "el mejor del mundo" y se abre paso en todas las latitudes.