La Giraldilla, nombre de la veleta con figura de hermosa criolla que remata la cúspide del Castillo de la Real Fuerza en el centro histórico habanero, encuentra también su espacio en un complejo turístico con ofertas para toda la familia.
La instalación así llamada, y que recuerda al símbolo de la ciudad, encierra atractivos que satisfacen los gustos más exigentes, todo ello en un ambiente que recuerda la época de los años 20 y rodeado de la exuberante vegetación característica de la mayor de Las Antillas.
Ubicada en el barrio capitalino de La Coronela, el complejo dedicado a la industria del ocio abre sus puertas a clientes de todas las edades que optan por un refrescante baño en la piscina, la degustación de su excelente coctelería y el disfrute de los secretos de la cocina internacional, entre otras variantes.
La Casa Quinta que acoge a La Giraldilla vio la luz en 1925 en la entonces finca "El Trébol", concebida por un importante ingeniero que tenía como aval su participación en la construcción de obras como el Capitolio Nacional, el Hotel Nacional y el Palacio Presidencial.
El inmueble, sometido a una cuidadosa restauración, constituye una muestra de estilo ecléctico con elementos neoclásicos, fácilmente apreciables una vez que se traspasan las clásicas verjas de hierro forjado, punto de entrada a espléndidos jardines con variedades de permanente floración.
En ese entorno destaca la singular figura de una fuente realizada en mármol italiano de Carrara que acumula ya una historia de casi tres siglos y amenaza con ampliarla, para deleite de los visitantes.
El típico patio andaluz de la casa, con su colección de relojes antiguos y una galería permanente de la plástica contemporánea, acoge al restaurante "Los Naranjos", especializado en platos de la cocina internacional.
Un hermoso vitral que ilustra una escena de El Quijote sirve de presentación a La Tasca española, sitio de las tradiciones del país ibérico con el mesón característico, sus ofertas de vinos y tapas mixtas.
Tres salones -Topacio, Acuarela y Esmeralda -encierran los secretos de la gastronomía criolla, francesa, internacional y platos vegetarianos, con techos decorados por artistas galos, muebles y vajillas de la época y enchapes de maderas preciosas.
Una bodega de vinos, climatizada a 18 grados con un 80 por ciento de humedad y situada a cuatro metros bajo tierra, complementa las ofertas del centro con un surtido de más de mil botellas de unas 100 denominaciones de origen y países de procedencia.
La Giraldilla acoge además a "Macumba-Habana", considerada por muchos la discoteca de moda en la capital cubana, pues con ese vocablo las religiones de raíz yoruba definen las danzas contagiosas y de mucho color.
Tecnologías de última generación para luces y sonido se mezclan con una cascada y la abundante vegetación, pues incluso el vial de acceso está custodiado por hileras de viejos frutales, todo listo para recibir a unas 400 personas sin el hacinamiento característico de los centros de ese tipo.
Para los sedientos, cuatro bares están listos a responder a la demanda, todo lo cual se une en el diseño de una variante llamada por muchos como "espacio multifamiliar".