Tras el descubrimiento del archipiélago cubano por el almirante genovés Cristóbal Colón, la metrópoli española inició un proceso de creación de los primeros asentamientos poblacionales en la isla, como parte de un proceso dirigido a consolidar sus posiciones en todo el territorio nacional.
La época del Adelantado Diego Velázquez, que arribó al país en 1510 y fue el primer gobernador de Cuba hasta su muerte en 1524, está marcada por el surgimiento de las siete primeras villas que hoy constituyen importantes centros de la historia.
El honor de ser la primera recayó en Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, fundada entre 1511 y 1512 y que llegó además a erigirse en la primera capital y obispado de la mayor de Las Antillas.
Conocida actualmente por Baracoa, el nombre de la localidad tiene sus antecedentes en un vocable aborígen que se interpreta por el significado de "presencia de mar".
Para Bayamo, actual capital de la provincia de Granma y surgida en 1513 como San Salvador de Bayamo, corresponde el segundo lugar en fundación durante el avance de los españoles hacia Occidente, aunque con el singular atractivo de haber jugado un importante papel en la guerra de independencia del siglo XIX.
Capital de la Primera República en Armas, fue incendiada por sus habitantes que optaron por esa decisión antes de entregarla en manos de los conquistadores.
La ciudad de los tinajones, Santa María del Puerto del Príncipe se erige en un inicio como villa costera en 1514 y abandona posteriormente la orilla del mar hasta su ubicación actual debido al nada agradable interés despertado en corsarios y piratas.
A la privilegiada relación se sumó en 1514 Santiago de Cuba, que sucedió a Baracoa como capital de la isla hasta 1607, favorecida por una posición geográfica atractiva respecto al Caribe y con el inmueble más antiguo del archipiélago, la casa del propio Diego Velázquez.
En ese mismo año, en el centro de la isla surge la villa de la Santísima Trinidad, donde se combinan en la actualidad exponentes arquitectónicos de los siglos XVIII, XIX y primeros años del XX, válidos para recibir la condición de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
La localidad complementa sus atractivos con el famoso Valle de los Ingenios, calificado como un verdadero museo de la industria azucarera cubana en una fértil región para la actividad agrícola, tanto en tiempos de antaño como en la actualidad.
La primera mitad del 1514 aportó también el surgimiento de la Villa del Espíritu Santo -hoy Sancti Spíritus- establecida en sus inicios en las márgenes del río Tuinicú para trasladarse hacia 1522 a orillas del Yayabo.
La urbe constituye una verdadera muestra histórica, pues encierra valores arquitectónicos, tradiciones culturales y bellezas naturales, todo en una atractiva combinación de perfecta armonía para los visitantes.
San Cristóbal de La Habana, hoy capital de Cuba, complementa la relación de asentamientos creados por los españoles en su marcha hacia Occidente y que sirvieron además de puntos de partida para el desarrollo de otros territorios del archipiélago, marcados todos por la huella de una historia centenaria.