El potencial turístico del archipiélago cubano, con una posición privilegiada en el Caribe, se apoya en la existencia de una amplia cartera de opciones que van desde las tradicionales de sol y playa hasta las vinculadas a la cultura y tradiciones.
Con amplias zonas de excelentes balnearios que atraen cada año a miles de vacacionistas, la mayor de Las Antillas apuesta también por una naturaleza casi virgen para sumar propuestas dirigidas a diversos segmentos del mercado del ocio.
En esa modalidad turística se incluyen sitios como San José del Lago, una especie de mito de la naturaleza ubicado en la región central, distante 350 kilómetros de La Habana y a pocos minutos de la urbe de Sancti Spíritus, ideal para el disfrute de momentos de intimidad.
Los atractivos del lugar se completan con las aguas de un cristalino lago, encargado de aportar la frescura y el encanto que buscan los que acuden a disfrutar del exuberante entorno y descansar del bullicio de la ciudad.
San José del Lago es también una opción para mejorar la calidad de vida gracias a sus aguas termales minero-medicinales y tratamientos de medicina tradicional –acupuntura y digitopuntura–, fangoterapia y consultas de psicología.
Las aguas del lugar se mantienen durante todo el año a una temperatura de 33 grados centígrados, además de tener como características el ser diuréticas y de rápida absorción, circulación y eliminación por el organismo humano.
También hacia el occidente destaca San Diego de los Baños, localizado en la provincia de Pinar del Río, con manantiales de aguas medicinales que se complementan con procedimientos de acupuntura, fangos medicinales, apiterapia y fármacos de origen natural, como parte de técnicas de la medicina tradicional.
Mientras, en el centro figura el balneario de Elguea en Villa Clara, cuyas aguas muestran un elevado contenido de minerales, además de ser sódicas, brómicas y débilmente sulfuradas, con una temperatura promedio de 45 grados Celsius.
El centro termal, con un área de mil 300 metros cuadrados, dispone de tres piscinas de aguas medicinales, sauna, gimnasio, baños individuales, salón de belleza, salas de masajes, reposo y para consultas médicas, entre otros servicios.
En esa propia provincia se suman las propuestas del lago Hanabanilla, único con características intramontanas del país y alimentado por tres afluentes (ríos Negro, Hanabanilla y Guanayara).
El mencionado reservorio cuenta con un espejo de agua de 14,9 kilómetros cuadrados, y entre 30 y 40 metros de profundidad como promedio, con una altitud sobre el nivel del mar de 364 metros y un potencial de almacenamiento en torno a los 300 millones de metros cúbicos.
La oferta de naturaleza contempla programas como el del sendero El Nicho, el cual transita por la montaña junto al cauce alto del río Hanabanilla y numerosos saltos de agua en sucesión.