La mayor de Las Antillas, tradicional tierra del azúcar, ron y tabaco, acoge bajo el lema de "Un solo Caribe para el turismo" a la primera Convención Internacional de Turismo que se celebra en Cuba en el nuevo milenio.
La economía cubana, marcada durante años con el sello de liderazgo a cargo de la industria de la caña de azúcar, entra en el siglo XXI de la mano del turismo, convertido en la locomotora capaz de arrastrar hacia adelante a los restantes sectores productivos y de servicios en el país.
Y precisamente la cita de Cuba'2001 constituye una de las piezas claves en el engranaje necesario para el desarrollo de la industria del ocio, al servir de escenario en el lanzamiento de nuevos productos, concertación de contratos y difusión de la realidad cubana en todos sus aspectos.
En esta ocasión, la Convención ostenta el récord de ser la mayor entre las realizadas hasta la fecha, con un área de muestra que supera los 10 mil metros cuadrados y más de un centenar de expositores, con igual número de stands.
Representantes de unos 50 países figuran entre los asistentes al foro, en una relación que incluye a Alemania, Argentina, Canadá, Ecuador, Panamá, Portugal, Gran Bretaña, Suiza, Uruguay, España y Francia, unido a las naciones del Caribe, con las cuales La Habana promueve programas de multidestino.
Turoperadores, agentes de viajes, ejecutivos de líneas aéreas y cadenas hoteleras -en una cifra que supera las mil personas- entran de lleno en una carrera cuyo final esta previsto el 11 de mayo, aunque para muchos representará el inicio del camino por el prometedor mercado turístico de la isla.
La imagen Cuba, plato fuerte de la cita, está a cargo de los 12 polos turísticos más importantes del país, a los cuales se suman los mas diversos productos que van desde el náutico hasta la restauración y el siempre extenso cultural, con lanzamientos de libros, eventos de cine, artes plásticas y música, un menú para todos los gustos.
Y en ese panorama, la isla se presenta como uno de los destinos del Caribe de más rápido crecimiento, apoyada en una infraestructura hotelera que alcanza ya las 35 mil habitaciones y aspiraciones de cerrar el 2001 con la atención a dos millones de visitantes, que serán hasta cinco millones a mediano plazo.
La propia sede del evento, ahora en la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, aporta un singular toque de historia y tradiciones, en un recinto que fue considerado en su época como la obra defensiva más grande de América.
En los últimos 10 años, la expansión de la actividad refleja además su diversificación, al pasar de propuestas exclusivas de sol y playa a otras que abarcan el turismo de salud, negocios, familiar e incluso bodas y para la tercera edad, señal de que en Cuba se encuentra un lugar a cada cosa.
Completan el programa de la convención citas paralelas de Entidades y Profesionales del Transporte Turístico, y un encuentro regional sobre Patrimonio Subacuático, a lo cual se suma una docena de conferencias magistrales a cargo de especialistas nacionales y extranjeros.
Con esta cita, Cuba crea todas las condiciones para iniciar con buen pie el camino del crecimiento en la industria del ocio a las puertas del nuevo milenio.