La industria cubana del ocio, elemento dinámico en la economía nacional, apuesta por la diversidad de propuestas como el factor de peso para captar la atención de vacacionistas nacionales y extranjeros.
A las ofertas tradicionales de sol y playa se añaden las variadas opciones recreativas, diseñadas para satisfacer las necesidades de los clientes más exigentes.
Como elemento singular, Cuba combina el ocio con tratamientos dirigidos a mejorar la calidad de vida, para lo cual se incluyen procedimientos como la talasoterapia, apoyada precisamente en el hecho de que el país está rodeado de mares.
Esa modalidad muestra la utilización simultánea del medio marino – aire, agua y clima – con otros recursos naturales como lodos, arenas y algas, todo ello con fines terapéuticos.
La geografía cubana cuenta además con la existencia en varias partes del territorio nacional de sitios únicos por la riqueza de sus aguas termales y las propiedades terapéuticas de las mismas.
Además de las clínicas internacionales, farmacias, ópticas y entidades especializadas en el mejoramiento de la calidad de vida establecidos en los principales destinos turísticos del país, Cuba pone a disposición de los visitantes una amplia infraestructura.
Como valor agregado a las playas, las ciudades constituyen también elementos a tomar en cuenta por la industria del ocio, donde destaca la capital de la isla.
En su centro histórico se localizan numerosos museos, iglesias, centros culturales e inmuebles muy vinculados a la época de la colonia, con unas 33 mil edificaciones construidas en su mayoría durante los siglos XVIII y XIX.
Hacia el centro destaca Cienfuegos, con dos decenas de bibliotecas, 11 museos, más de 30 salas de cine y cinco teatros que se suman a casas de cultura, galerías de arte y monumentos diversos para llevar las tradiciones a visitantes nacionales y extranjeros.
Mientras, en el occidente está la ciudad de Matanzas – capital de la provincia de igual nombre, conocida como la Atenas de Cuba e incluso llamado antaño la Venecia de América – por sus ríos, puentes y canales –, con una dinámica actividad comercial y cultural para la época.
Pero las ofertas de sol y playa, ecoturismo, buceo, actividades náuticas y excursiones requieren del aporte gastronómico en sus más diversas manifestaciones.
Precisamente, la cocina cubana recoge la herencia de varias culturas, pues en el país es posible degustar desde platos típicos de Asia hasta las pastas italianas y la picante comida mexicana.
Como complemento figuran los aportes de los habanos y el inigualable ron, considerado por los expertos como un licor para las grandes ocasiones y un nacimiento vinculado a la introducción de la caña de azúcar en la isla.