La mayor de Las Antillas, plena de atractivos turísticos para los más diversos gustos, pone a disposición de los visitantes opciones de ocio que van desde las tradicionales playas hasta los destinos urbanos del archipiélago.
Sitios como Varadero (en la occidental provincia de Matanzas), Holguín, Trinidad y Santiago de Cuba, cobran fuerza gracias al desarrollo de la infraestructura y el diseño de nuevas propuestas recreativas.
A lo anterior se suman las oportunidades localizadas en los numerosos islotes del archipiélago cubano, entre ellos Cayo Largo del Sur.
El mencionado sitio es precisamente uno de esos peculiares sitios dedicados en exclusiva al ocio, con 24 kilómetros de excelentes playas, blancas y finas arenas, lo cual evita su calentamiento excesivo.
En ese escenario se añade una naturaleza única, caracterizada por el elevado nivel de endemismo, la cual combina con programas de turismo cultural, histórico y de salud.
Asimismo, la actividad del ocio se combina con la calidad de vida de los visitantes, a lo cual se destinan numerosas instalaciones de salud existentes en el país, hoteles especializados en diversos tratamientos y balnearios de aguas medicinales para diversas aplicaciones.
Los balnearios de aguas medicinales de la isla califican entre las opciones preferidas por vacacionistas procedentes de naciones de América y Europa.
En la actividad turística resaltan además aquellas modalidades que se vinculan con el entorno, con ofertas que constituyen verdaderas aventuras para aquellos que apuestan por Cuba.
Los ecosistemas de montaña del país caribeño no escapan al dinámico crecimiento del sector, y ya muchas de las variantes incluyen recorridos y estancias.
Áreas protegidas, reservas de la biosfera, humedales y regiones con flora y fauna endémicas – posibles de ser observadas en toda su magnitud – están al alcance de todos mediante senderos especializados, creados para quienes arriban a la isla con ese interés.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
Más de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Unido a ello, está el hecho de que el acercamiento a la naturaleza desde una opción de playa o ciudad añade valor al producto turístico, apoyado en el creciente interés de los visitantes en conocer la realidad de los campos cubanos y disfrutar de un medio casi virgen que llama sin cesar a la aventura.