El archipiélago cubano, destino turístico por excelencia en el Caribe, tiene en el clima un poderoso aliado a la hora de complementar los atractivos naturales, históricos y culturales que encierra su geografía.
El verano es la temporada por excelencia de vacaciones en la isla, donde miles de turistas nacionales y extranjeros se dan cita en los principales destinos de playa, en busca de un refrescante baño de mar para contrarrestar las elevadas temperaturas.
Museos, salas de cine, exposiciones de arte y opciones de naturaleza destacan entre las preferidas por los visitantes, con oportunidades en todas las provincias del país.
Mientras, la época de invierno es la de mayor afluencia de vacacionistas extranjeros a los diversos destinos para el ocio.
Canadienses y europeos figuran con claro predominio entre los miles de personas que escogen la etapa de noviembre a abril para disfrutar de las bellezas de la mayor de Las Antillas.
En esa etapa, el clima de la isla contrasta con las bajas temperaturas que acompañan al invierno en el hemisferio norte, además de permitir el disfrute de las transparentes aguas que rodean al país.
Aeropuertos, hoteles, instalaciones de recreación, arrendadoras de vehículos y agencias de viajes se combinan para asimilar el creciente flujo de turistas.
Destinos como la capital cubana, rica en tradiciones, muestras arquitectónicas y cultura, figuran entre los preferidos por los visitantes gracias a la existencia de una amplia variedad de hoteles junto a las costas.
Asimismo, la existencia de miles de habitaciones se complementa con una amplia infraestructura de centros de ocio, para espectáculos, prácticas deportivas, establecimientos comerciales y restaurantes, donde la gastronomía ocupa sin dudas un lugar especial.
Para la época se mantienen las propuestas tradicionales de sol y playa, apoyadas en unos 600 kilómetros de sitios ideales para los baños de mar en las costas cubanas.
En el occidente cubano, el famoso balneario de Varadero – ubicado con sus 22 kilómetros de playas en la Península de Hicacos – está a la orden de los amantes de un mar con las más variadas tonalidades, y que baña además a una franja de finísimas arenas blancas.
La industria cubana del ocio cuenta también con una infraestructura donde destacan colosos hoteleros e instalaciones convertidas en pequeños gigantes de la actividad.
Una de las propuestas más interesantes de la capital está en el Hotel Raquel, con 25 confortables habitaciones dobles, climatizadas y de lujoso diseño, distribuidas en tres niveles y bajo el dominio de una admirable línea decorativa.
Asimismo, la propia ciudad tiene un centro histórico donde se localizan numerosos museos, iglesias, centros culturales e inmuebles muy vinculados a la época de la colonia y unas 33 mil edificaciones construidas en su mayoría durante los siglos XVIII y XIX.