El archipiélago cubano, pleno de atractivos para el turismo, aporta sus propuestas únicas de recreación apoyado en la riqueza natural, cultural e histórica que lo caracterizan.
Una infraestructura hotelera en expansión, zonas costeras únicas con finas arenas y cálidas aguas se combinan con los valores históricos y patrimoniales que se reflejan en las tradiciones.
Unido a ello, está el peso de la cultura, pues las fusiones de razas y costumbres por siglos dieron lugar a un modelo único que muestra rasgos africanos, aborígenes, chinos, franceses y por supuesto españoles.
Marcada por una riqueza natural única repartida en más de cuatro mil cayos e islotes, Cuba constituye también una plaza fuerte para las diversas variantes del turismo de naturaleza, entre ellas la observación de aves.
La avifauna cubana es muy diversa, con más de 350 especies presentes en las islas y cayos que conforman el país, con destaque para las marinas y de regiones boscosas, marcadas además por un alto grado de endemismo.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.
El calendario cultural de la isla incluye numerosos encuentros, talleres, festivales, congresos y cursos especializados, diseñados para todos los gustos y en las más diversas manifestaciones artísticas.
Existen además otras opciones como la que ofrece en la capital el Jardín Botánico Nacional de Cuba, considerado por muchos como un verdadero paraíso tropical en la isla.
El desarrollo de ese sitio se remonta a 1968, para abrir sus puertas al público hacia 1994, con una superficie cercana a las 600 hectáreas y donde las áreas se distribuyen organizadamente en zonas fitogeográficas, colecciones especiales, pabellones de exposición y espacios recreativos.
Como parte del jardín, en 120 hectáreas se exhibe una representación de siete formaciones vegetales primarias de llanuras y colinas de Cuba, entre ellas el matorral costero cubano, montes secos, bosques, mogotes, montes de júcaro y palmas, montes de la región oriental del país, pinares y vegetación de serpentina.
También cuenta con áreas de campos en las que se representan colecciones de la flora tropical de Australia, Oceanía, Asia, África, América del Sur, América Central, Antillas y México.
Están además las propuestas náuticas, entre ellas el inmersionismo, para lo cual la isla dispone de más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.