El archipiélago cubano, favorecido con numerosos atractivos naturales para el ocio, surge como un escenario turístico único con propuestas que se extienden de oriente a occidente en toda la geografía nacional.
Para el extremo más occidental, la provincia de Pinar del Río encierra opciones suficientes que van desde los programas de sol y playa hasta el senderismo y el disfrute de excelentes baños de aguas medicinales.
Con un entorno casi virgen, acompañado de numerosas especies de la flora y la fauna –muchas de ellas endémicas– el mencionado territorio complementa su oferta con una infraestructura hotelera capaz de responder a la demanda de los vacacionistas.
Buena parte de las capacidades para el ocio en la provincia se concentran en el Valle de Viñales, Monumento Natural de Cuba, donde se localiza el hotel Los Jazmines, con una oferta de senderos para la práctica del ecoturismo.
Los ecosistemas de montaña del país no escapan al dinámico crecimiento del sector, y ya muchas de las alternativas incluyen recorridos y estancias en esas áreas.
El potencial de esa actividad está en el relieve cubano, pues la nación cuenta con cuatro macizos montañosos que ocupan aproximadamente el 21 por ciento de la superficie total de la isla, además de acoger al 37 por ciento de las zonas boscosas.
Asimismo, áreas protegidas, reservas de la biosfera, humedales y regiones con flora y fauna endémicas –posibles de ser observadas en toda su magnitud– están al alcance de todos mediante senderos especializados, creados para quienes arriban a la isla con ese interés.
En estrecho vínculo con la calidad de vida funcionan además numerosas instalaciones de salud, así como hoteles especializados en diversos tratamientos y balnearios de aguas medicinales para diversas aplicaciones.
Unido a ello, el inmersionismo tiene a su disposición más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Como complemento están las tradiciones, historia y cultura surgidas desde la propia nacionalidad cubana, en la cual se mezclan las huellas de los aborígenes, negros esclavos traídos desde el Africa y españoles llegados en la época de la colonia.
Los atractivos para el ocio están además en las decenas de cayos que se integran en el archipiélago cubano, entre los cuales destaca Levisa en la provincia de Pinar del Río, con tres kilómetros de excelentes playas y 23 sitios dedicados a la práctica del buceo.
Mientras, en el centro un camino sobre el mar –llamado pedraplén– de 48 kilómetros de extensión sirve de enlace con los cayos Santa María, Las Brujas, Ensenachos, Cobos, Majá, Fragoso, Francés, Las Picúas y Español de Adentro, entre otros.