La mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en el Caribe, enfrenta la competencia en el sector con la diversidad de sus propuestas para el ocio que atraen a miles de visitantes cada año.
Desde las tradicionales opciones de sol y playa, avalada por la transparencia de las aguas y decenas de kilómetros de finas arenas, hasta las relacionadas con las tradiciones, naturaleza, cultura e historia, todo apunta al descanso.
A todo lo anterior se suma el potencial para el inmersionismo con más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana y unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
La isla también encuentra en su geografía espacio para los amantes de la naturaleza, al sumar así valor agregado a un sector que muestra una tendencia a la expansión.
En ese sentido, la fauna cubana cuenta con unas 16 mil 500 especies descritas, en un contexto donde algunos grupos zoológicos muestran un endemismo superior al 90 por ciento.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Unido a ello, ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial –en perfecto estado de conservación–, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades se suman a la oferta para la industria turística del país.
Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.
Uno de los sitios de primer orden en el panorama histórico cubano radica precisamente en su capital, con un complejo sistema de fortalezas –integrado por nueve grandes construcciones– que representa uno de los conjuntos más relevantes de su tipo en Hispanoamérica.
Además, el centro histórico de la urbe –declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO– encierra buena parte de los museos, iglesias, centros culturales e inmuebles muy vinculados a la época de la colonia, con unas 33 mil edificaciones construidas en su mayoría durante los siglos XVIII y XIX.
Para el centro de la isla, los mayores atractivos de índole histórico se localizan en la provincia de Sancti Spíritus, única en el archipiélago que cuenta con dos de las primeras siete villas fundadas a inicios del siglo XVI por el Adelantado español Diego Velázquez, bajo el nombre del Espíritu Santo y la de la Santísima Trinidad.