El archipiélago cubano, pleno de atractivos naturales, históricos y culturales para el turismo, se erige como una opción de ocio para miles de visitantes que acuden cada año a los diversos destinos del país.
En el sector se reconoce además la existencia de una amplia infraestructura hotelera marcada por la diversidad en las dimensiones, diseño y ubicación de las instalaciones.
Cuba es famosa por sus opciones de sol y playa, a lo cual se suma el potencial para el inmersionismo con más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana y unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
El país tiene además una herencia arquitectónica única, aportada por la presencia española y desarrollada bajo la influencia europea de años posteriores a la época de la colonia.
Precisamente ese elemento convierte a la capital cubana, ubicada entre las siete primeras villas fundadas por los españoles – en aquel entonces San Cristóbal de La Habana –, en pieza clave de numerosos programas turísticos, en especial el centro histórico de la ciudad.
Esa zona de la urbe, conocida también como La Habana Vieja, fue clasificada en 1982 por la UNESCO como Patrimonio Cultural de La Humanidad, con un área de 4,5 kilómetros cuadrados rica en exponentes de la arquitectura colonial, costumbres y tradiciones de casi cinco siglos.
También en la capital se localizan verdaderos colosos hoteleros e instalaciones convertidas en pequeños gigantes de la actividad.
Hoteles como El Nacional, Plaza e Inglaterra se suman a las filas de los más significativos, en contraste con las facilidades de alojamiento en el centro histórico.
Sitios únicos para los amantes del habano como el hotel Conde de Villanueva o al estilo de un monasterio en el caso de Los Frailes se complementan con las facilidades del Palacio de San Miguel, una atractiva propuesta para los amantes de la cultura y la intimidad.
Mientras, en materia de cultura Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.