El archipiélago cubano, privilegiado por sus tesoros naturales, culturales, los valores patrimoniales e históricos, promueve la actividad turística como elemento que actúa a favor del crecimiento económico.
Con una estratégica ubicación en el Caribe, la mayor de Las Antillas cuenta con una infraestructura hotelera en expansión, zonas costeras únicas con finas arenas y cálidas aguas.
Precisamente, las ofertas tradicionales de sol y playa constituyen el elemento fundamental en las opciones que brinda la isla para la recreación.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad. Asimismo, el ecoturismo, actividades náuticas y excursiones se mezclan con una amplia agenda de eventos culturales y deportivos para conformar programas que despiertan el interés de los visitantes.
A esas alternativas se añaden los programas de turismo urbano, para lo cual la isla se apoya en la herencia colonial que se encuentra por doquier en sus ciudades.
La industria cubana del ocio cuenta también con una infraestructura donde destacan colosos hoteleros e instalaciones convertidas en pequeños gigantes de la actividad.
En la propia capital, principal destino turístico de la isla, destacan establecimientos como el Hotel Plaza, localizado en el entorno del centro histórico de la urbe.
La instalación tiene entre sus principales atractivos con una ubicación frente a una de las esquinas del Parque Central, próximo al Gran Teatro de La Habana, sede de importantes presentaciones del ballet y la ópera en la isla.
Sitios únicos para los amantes del habano como el hotel Conde de Villanueva o al estilo de un monasterio en el caso de Los Frailes se complementan con las facilidades del Palacio de San Miguel, una atractiva propuesta para los amantes de la cultura y la intimidad.
Otrora villa de San Cristóbal de La Habana, la capital representa en la actualidad un singular museo viviente de los más diversos estilos constructivos, reflejo de las etapas de desarrollo por las cuales atravesó la histórica urbe.
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.