El archipiélago cubano, pleno de atractivos naturales, históricos y culturales, destaca por contar en toda su geografía con escenarios turísticos de ensueño para todos los gustos.
En ese sentido, destacan las ofertas tradicionales de sol y playa, las cuales constituyen el elemento fundamental en las opciones que brinda el archipiélago cubano para la recreación.
A lo anterior se suma el potencial para el inmersionismo con más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana y unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
La ubicación geográfica del país lo convierte también en una ruta obligada para las aves migratorias que viajan largas distancias, en busca de alimentos y refugio seguro desde América del Norte hacia el Sur y en su itinerario de regreso.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Unido a ello, el panorama cubano se complementa con ofertas de diversas modalidades para los visitantes, entre ellas la celebración de ferias y eventos especializados del más amplio espectro.
El desarrollo de esa tendencia obedece al creciente interés del segmento de hombres de negocios y turismo de eventos por los atractivos de la isla, en un entorno que va desde el ocio hasta la economía.
Festivales y ferias de diversos géneros artísticos – entre ellos música, cine y literatura – destacan entre las ofertas para los vacacionistas.
Las salas del séptimo arte en la capital y hacia el interior del país acogen cada año las novedades cinematográficas elaboradas en América Latina, en el marco del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, consolidado ya como una de las ofertas más atractivas de esa industria.
La isla dispone además a su favor de la herencia arquitectónica aportada por la presencia española y bajo la influencia europea de años posteriores a la época de la colonia.
Precisamente ese escenario convierte a la capital cubana, ubicada entre las siete primeras villas fundadas por los españoles – en aquel entonces San Cristóbal de La Habana –, en pieza clave de numerosos programas turísticos, en especial el centro histórico de la ciudad.
Esa zona de la urbe, conocida también como La Habana Vieja y con un área de 4,5 kilómetros cuadrados, acoge exponentes de la arquitectura colonial, costumbres y tradiciones de casi cinco siglos.