El archipiélago cubano, pleno de tesoros naturales que favorecen la actividad turística, tiene en los mares a una de las opciones más demandadas por los miles de vacacionistas que acuden cada año a las costas del país.
Precisamente, la existencia de decenas de kilómetros de excelentes playas, balnearios de ensueño con aguas transparentes y arenas finas juegan a favor del ocio en la mayor de Las Antillas.
El buceo, verdadero complemento de la industria del ocio, tiene a su disposición más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Además, cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Para el ocio, tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades de cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
El inmersionismo cuenta además a su favor una temperatura promedio del agua superior a los 24 grados, unido a una visibilidad horizontal que en muchas ocasiones se coloca por encima de los 30 metros.
Entre los sitios destacados figura la Isla de la Juventud, descubierta por el almirante Cristóbal Colón en su segundo viaje al llamado Nuevo Mundo, con arrecifes coralinos de singular belleza y los atractivos que ofrece el Parque Nacional Marino Punta Francés
Precisamente, en el área de esa región se ubica la zona de buceo vinculada al Hotel El Colony, con un tramo de costa de seis kilómetros de extensión -localizado entre Punta Pedestales y Punta Francés- que muestra un entorno marino único.
En los recorridos bajo el agua los visitantes se ven acompañados de una variada fauna marina, donde destacan especies como sábalos, jureles, roncos, chernas, aguajíes y hasta barracudas, mientras los tiburones se aprecian con menos frecuencia.
Otras zonas explotadas son la de los Barcos Hundidos, que son restos de varios barcos diseminados en una extensa área que está entre seis y nueve metros de profundidad donde hay grandes cardúmenes de peces.
Los atractivos para el ocio están además en las decenas de cayos que se integran en el archipiélago cubano, entre los cuales destaca Levisa en la occidental provincia de Pinar del Río, con tres kilómetros de excelentes playas y 23 sitios dedicados a la práctica del buceo.
Mientras, en el centro un camino sobre el mar – llamado pedraplén – de 48 kilómetros de extensión sirve de enlace con los cayos Santa María, Las Brujas, Ensenachos, Cobos, Majá, Fragoso, Francés, Las Picúas y Español de Adentro, entre otros.