El sector turístico cubano, elemento esencial entre los componentes de la economía nacional, apuesta por la expansión bajo un esquema que prioriza la eficiencia y los valores agregados en las diversas propuestas para el ocio.
Unido a las tradicionales ofertas de sol y playa, la mayor de Las Antillas promueve opciones que incluyen la naturaleza, turismo náutico, de deportes, eventos e incentivos, además de la cultura, tradiciones e historia.
La isla tiene a su favor una infraestructura hotelera en franca expansión que se complementa con los atractivos de la naturaleza, historia y cultura.
Decenas de kilómetros de excelentes playas, una amplia propuesta de actividades extrahoteleras, espectáculos de los más diversos géneros y la opción de salud se mezclan en las ofertas de la industria del ocio en la isla.
Unido al desarrollo de modernas instalaciones para el alojamiento de los vacacionistas esta el aprovechamiento de establecimientos que acumulan en su aval una historia centenaria.
Entre ellos destaca el Hotel Plaza, localizado en el entorno del centro histórico de la capital cubana, y que se beneficia de una experiencia próxima al siglo de vida.
El establecimiento surgió en enero de 1909, en la antigua mansión de los condes de Casa Pedroso, para convertirse así en la tercera edificación de su tipo en el entorno del céntrico Parque Central de La Habana.
En la capital esta además el Hotel Nacional de Cuba, con una historia de más de siete décadas y clasificado entre los 10 Hoteles Palacio del planeta y de los años 30 a los 50 fue la única instalación con categoría de cinco estrellas en la región del Caribe.
Mientras, la urbe tiene en el Inglaterra al decano del sector en la isla, inaugurado el 23 de diciembre de 1875 y que honró con su nombre a la principal potencia del mundo en aquella época.
En cuanto a playas, Varadero, localizada en el occidente de la isla, en una franja de 22 kilómetros de la Península de Hicacos, está a la orden de los amantes de un mar con las más variadas tonalidades, y que baña además a una franja de finísimas arenas blancas.
A su vez, el inmersionismo tiene a su disposición más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
En materia de patrimonio, uno de los sitios de primer orden en el panorama histórico cubano radica precisamente en su capital, con un complejo sistema de fortalezas -integrado por nueve grandes construcciones- que representa uno de los conjuntos más relevantes de su tipo en Hispanoamérica.
Asimismo, el centro histórico de La Habana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, acoge a más de 100 edificaciones cuyo origen se remonta a los siglos XVI y XVII, mientras otras 200 van hasta el XVIII.