El sector turístico cubano, convertido en impulsor de la economía nacional, apuesta por la expansión de su infraestructura ante pronósticos que consideran el incremento en el flujo de vacacionistas de forma sostenida.
Con aspiraciones de llegar a corto plazo hasta los tres millones de visitantes foráneos, la industria del ocio alista nuevas instalaciones en los principales destinos recreativos.
Unido a ello, está la modernización de capacidades ya existentes y la ampliación de establecimientos con un aval consolidado en el escenario nacional.
Establecimientos de gran magnitud se localizan por doquier en la geografía de la isla, aprovechando los tesoros naturales, históricos y culturales que pone a disposición del ocio la mayor de Las Antillas.
Como complemento, una extensa red de inmuebles de alojamiento de pequeño tamaño está dispuesta en el país, entre los cuales destacan aquellos ubicados en el centro histórico de la capital.
Como novedad está el Hostal Los Frailes, con sede en una vivienda del siglo XVIII, mansión del marqués Pedro Claudio Duquesne, cuarto poseedor de ese título nobiliario y Capitán de Navío de la Armada Francesa.
Diseñado al estilo de un monasterio medieval, encierra el sugerente atractivo de 22 habitaciones climatizadas (de ellas cuatro con la categoría de minisuites), y un pequeño bar-cafetería que recuerda a un mesón de la época.
Más de 30 mil inmuebles de los más diversos estilos constructivos se localizan en un área de 240 hectáreas del centro histórico, en edificaciones que van desde fortalezas de la época española hasta iglesias, museos, establecimientos de servicios, e incluso escuelas y centros de salud.
Una de esas entidades es el Hotel Inglaterra, inaugurado el 23 de diciembre de 1875 y que honró con su nombre a la principal potencia del mundo en aquella época, además de figurar como una de las mejores instalaciones del orbe tras ser sometido a una reconstrucción en 1886.
La edificación, declarada Monumento Nacional, está localizada en una importante zona de la llamada Habana Vieja, es de estilo neoclásico, con elementos que le dan un toque de originalidad como son los mosaicos alicantinos y verjas traídas especialmente de Sevilla, España.
Asimismo, está el Hotel Nacional de Cuba, con una historia de más de siete décadas, y que califica como un clásico del sector turístico en la mayor de Las Antillas, respaldado por una privilegiada ubicación que le permite dominar el malecón habanero.
La ciudad conserva también rasgos distintivos como el famoso Paseo del Prado y la conocida Alameda de Paula, esta última construida en la segunda mitad del siglo XVIII, ambos sitios de obligado tránsito para los pobladores capitalinos de aquellos tiempos. Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir el conjunto más notable de su tipo en la América hispana.