La mayor de Las Antillas, en la preferencia turística de miles de vacacionistas cada año, destaca como uno de los destinos de mayor demanda en el Caribe gracias a la diversidad de sus propuestas para el ocio.
Con sus ofertas más sólidas en los programas relacionados con el sol y las playas, la isla caribeña añade a su amplia cartera de iniciativas programas que constituyen verdaderas aventuras para aquellos que apuestan por Cuba.
Los ecosistemas de montaña del país no escapan al dinámico crecimiento del sector, y ya muchas de las alternativas incluyen recorridos y estancias en esas áreas.
El elemento de la naturaleza acapara especial interés, presente en más de cuatro mil cayos e islotes donde se localizan numerosas reservas naturales, ecológicas, de la biosfera, áreas protegidas y parques nacionales.
La avifauna cubana es muy diversa, con más de 350 especies presentes en el país, con destaque para las marinas y de regiones boscosas, marcadas además por un alto grado de endemismo.
En materia de ecología, la diversidad es enorme y a manera de ejemplo está la zona central, donde las provincias de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus cuentan con un enorme potencial para la práctica del turismo de naturaleza.
Cuba complementa además la belleza de sus costas y su exuberante naturaleza con la riqueza de su cultura y tradiciones, componente esencial del producto turístico de la isla.
Fusiones de razas y costumbres, en un proceso de varios siglos, dieron lugar a una cultura única que muestra rasgos africanos, aborígenes, chinos, franceses y por supuesto españoles, todo en una especie de mezcla inigualable y de enorme riqueza a la vez.
Ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial – en perfecto estado de conservación –, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades conforman la oferta para la industria turística del país.
Unido a ello, el desarrollo de más de cinco siglos de la sociedad cubana está reflejado en las innumerables opciones culinarias que representan aquellos elementos incorporados a las tradiciones propias del país.
A los platos característicos de la cocina criolla se añaden variantes llegadas del viejo continente, como son las de la comida española, francesa o italiana.
Asimismo, desde Asia y el Medio Oriente están presentes sugerencias aportadas por la gastronomía china, japonesa, coreana, árabe e hindú, por solo mencionar algunas de las que pueden encontrarse en restaurantes y cafeterías del país.
También se encuentran opciones culinarias características de la modernidad europea, para de esa forma responder a los requerimientos de los vacacionistas procedentes del llamado viejo continente.
El patrimonio histórico de la isla, acumulado durante siglos, también encuentra refugio seguro en una amplia red de museos que se extiende por todo el país para preservar el legado procedente de épocas pasadas.