La mayor de Las Antillas, plena de tradicionales propuestas de sol y playa para el turismo, apuesta además por opciones de última generación para garantizar la demanda de la industria del ocio.
Excelentes zonas de playa, valores patrimoniales, cultura e historia se dan la mano para conformar ofertas únicas y atractivas a disposición de miles de visitantes que acuden cada año.
Unido a ello, en la agenda cubana del ocio ganan espacio programas vinculados a eventos e incentivos, de salud, aventuras y deportes, entre otras variantes de reciente incorporación.
Además, se suman alternativas relacionadas a emblemáticos rubros de la economía nacional, como el tabaco y el ron, con su bien ganada fama a escala internacional.
No obstante, Cuba es famosa por sus opciones de sol y playa, a lo cual se suma el potencial para el inmersionismo con más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana y unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
Asimismo, áreas protegidas, reservas de la biosfera, humedales y regiones con flora y fauna endémicas – factibles de ser observadas en toda su magnitud – están al alcance de todos mediante senderos especializados, creados para quienes arriban a la isla con ese interés.
Los ecosistemas de montaña del país no escapan al dinámico crecimiento del sector, y ya muchas de las alternativas incluyen recorridos y estancias en esas áreas.
El potencial de esa actividad está en el relieve cubano, pues la nación cuenta con cuatro macizos montañosos que ocupan aproximadamente el 21 por ciento de la superficie total de la isla, además de acoger al 37 por ciento de las zonas boscosas.
Como valor agregado a las playas, las ciudades constituyen también elementos a tomar en cuenta por la industria del ocio, donde destaca la capital de la isla.
En su centro histórico se localizan numerosos museos, iglesias, centros culturales e inmuebles muy vinculados a la época de la colonia, con unas 33 mil edificaciones construidas en su mayoría durante los siglos XVIII y XIX.
También se destaca Cienfuegos, con dos decenas de bibliotecas, 11 museos, más de 30 salas de cine y cinco teatros que se suman a casas de cultura, galerías de arte y monumentos diversos para llevar las tradiciones a visitantes nacionales y extranjeros.