La mayor de Las Antillas, plena de tesoros para el desarrollo del turismo, sustenta también sus propuestas de ocio en los valores patrimoniales dispersos por toda la geografía del archipiélago cubano.
Cabe mencionar que las facilidades para el turismo ecológico, el inmersionismo, modalidades deportivas vinculadas al ocio y espectáculos están vinculadas a una infraestructura orientada a la protección del potencial histórico y cultural.
Precisamente, en esa agenda de recreación e historia destaca la capital cubana, rica en tradiciones, muestras arquitectónicas, cultura y clima caribeño, complementada con instalaciones y obras vinculadas la actividad turística.
En su centro histórico se localizan numerosos museos, iglesias, centros culturales e inmuebles muy vinculados a la época de la colonia, con unas 33 mil edificaciones construidas en su mayoría durante los siglos XVIII y XIX.
El núcleo primario de la capital cubana, con una historia que tiene su inicio hacia 1519, conserva una verdadera colección de castillos, fortalezas e inmuebles de alto valor patrimonial, edificados en torno a un sistema de plazas, mezcladas con monasterios y templos.
Esos espacios abiertos marcaron el entramado de la llamada ciudad intramuros, con especial destaque para las plazas de Armas, de la Catedral, la llamada Vieja, del Cristo y la de San Francisco.
A su vez, en la zona central destaca Cienfuegos, con dos decenas de bibliotecas, 11 museos, más de 30 salas de cine y cinco teatros que se suman a casas de cultura, galerías de arte y monumentos diversos para llevar las tradiciones a visitantes nacionales y extranjeros.
Asimismo, desde 1902 tiene en sus predios al único Arco de Triunfo existente en Cuba, a lo cual se añade el Teatro Tomás Terry – uno de los tres más importantes en la isla en el siglo XIX –, mudo testigo del paso de destacadas figuras del arte universal como Enrico Caruso.
Hacia el occidente está la ciudad de Matanzas – capital de la provincia de igual nombre, conocida como la Atenas de Cuba e incluso llamado antaño la Venecia de América – por sus ríos, puentes y canales–, con una dinámica actividad comercial y cultural para la época.
La zona oriental también ocupa su lugar en las prioridades del patrimonio y el ocio, con la peculiaridad de contar con Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, fundada entre 1511 y 1512 por el Adelantado Diego Velázquez, y que llegó a ser además la primera capital y primer obispado de la ínsula.
Un espacio a considerar es también la ciudad de Camagüey, capital de la provincia cubana de igual nombre, y que surgió bajo el nombre de Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Llamada también "la ciudad de los tinajones", ostenta como elemento peculiar a esos enormes recipientes de barro cocido, utilizados siglos atrás para almacenar el agua de lluvia con destino al consumo humano y que ahora adornan jardines y parques.