La mayor de Las Antillas, plena de atractivos naturales, históricos y culturales para el turismo, complementa su oferta con las opciones localizadas en decenas de islotes que completan el archipiélago cubano.
La nación caribeña dispone en su geografía de unas 200 bahías, dos mil cayos e islotes y 588 kilómetros de playas clasificadas por su importancia turística.
En ese entorno, especial interés encierran las cayerías, entre ellas el Archipiélago de las Coloradas y el de Sabana-Camagüey o Jardines del Rey, y al sur, el de los Jardines de la Reina y el de los Canarreos.
Las opciones de mayor protagonismo se concentran en Cayo Coco (Jardines del Rey), Cayo Largo del Sur, y otros más pequeños como Cayo Santa María, Las Brujas, Ensenachos, o los que se extienden a partir de Punta de Hicacos.
Cayo Coco y Guillermo son los dos en explotación en Jardines del Rey, con planes de ampliar las condiciones a Providencia, Caoba, Sabinal, Guayaba, Romano, Paredón Grande y Antón Chico.
La estrategia de expansión del turismo dirige también la mirada hacia los territorios que se integran en la Cayería Norte, con varios kilómetros de excelentes playas y un entorno prácticamente virgen.
Un camino sobre el mar -llamado pedraplén- de 48 kilómetros de extensión sirve de enlace entre la mayor ínsula del archipiélago cubano y los cayos Santa María, Las Brujas, Ensenachos, Cobos, Majá, Fragoso, Francés, Las Picúas y Español de Adentro, entre otros.
Al sur de la isla grande se localiza Cayo Largo del Sur, uno de esos peculiares sitios dedicados en exclusiva al ocio, con 24 kilómetros de excelentes playas, blancas y finas arenas, lo cual evita su calentamiento excesivo.
Para los vacacionistas están dispuestas las playas Sirena, con poco más de dos kilómetros de extensión, Lindamar -curva como una concha-, Paraíso y Los Cocos, esta última llamada así por la existencia de árboles de ese fruto.
El nombre de ese destino, ubicado al extremo este del archipiélago de Los Canarreos, responde a su forma alargada, lo cual se complementa con una historia cuyo origen se remonta a la época de los aborígenes, pues en esa porción de tierra se localizaron restos pertenecientes a la cultura Siboney.
Mientras, en el oriente cubano - en especial el polo turístico de Holguín - se localiza Cayo Saetía a la entrada de la Bahía de Nipe, considerado el mayor coto de caza del país y con amplia existencia de las más variadas especies.
En sus 42 kilómetros cuadrados de extensión, el islote muestra más de la mitad del territorio poblada de bosques, lo cual sirve a su vez de abrigo a una fauna diversa, con venados de cola blanca, cebras y antílopes.
Aguas transparentes, arena fina y una costa donde predominan formaciones rocosas brindan un atractivo singular, con diversos matices de colores en las 12 playas del islote y que constituyen un espectáculo exclusivo del sitio.