El archipiélago cubano, plaza fuerte para el turismo en el Caribe, acoge en su geografía un amplio espectro de opciones para el ocio que van desde la naturaleza hasta la cultura e historia.
Entre los elementos tradicionales destacan centenares de kilómetros de costas, bañadas por cálidas y transparentes aguas, las cuales se combinan con el clima tropical para constituirse en una oferta privilegiada.
Unido a ello, ganan espacios las propuestas del turismo urbano, sustentadas en la rica herencia colonial que encierra la mayor de las Antillas.
En ese escenario destaca la capital cubana, rica en tradiciones, muestras arquitectónicas, cultura y clima caribeño, complementada con instalaciones y obras vinculadas la actividad turística.
Otrora villa de San Cristóbal de La Habana, representa en la actualidad un singular museo viviente de los más diversos estilos constructivos, reflejo de las etapas de desarrollo por las cuales atravesó la histórica urbe.
Su sistema de fortalezas, con el emblemático Castillo de Los Tres Reyes del Morro, abarcó nueve grandes construcciones para constituir –a decir de los expertos– el conjunto más notable de su tipo en la
Cerca de 140 de las edificaciones localizadas en el centro histórico de la capital cuentan con un origen que se remonta a los siglos XVI y XVII, otras 200 al XVIII y más de 460 al XIX, conformando así una mezcla plena de atractivos para los gustos más exigentes.
Mientras, en el occidente está la ciudad de Matanzas – capital de la provincia de igual nombre, conocida como la Atenas de Cuba e incluso llamado antaño la Venecia de América – por sus ríos, puentes y canales –, con una dinámica actividad comercial y cultural para la época.
También hacia el centro de la isla destaca Cienfuegos, con dos decenas de bibliotecas, 11 museos, más de 30 salas de cine y cinco teatros que se suman a casas de cultura, galerías de arte y monumentos diversos para llevar las tradiciones a visitantes nacionales y extranjeros.
En ese propio entorno destaca la urbe de Camagüey, capital de la provincia cubana de igual nombre y que surgió con la denominación de Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Llamada también "la ciudad de los tinajones", ostenta como elemento peculiar a esos enormes recipientes de barro cocido, utilizados siglos atrás para almacenar el agua de lluvia con destino al consumo humano y que ahora adornan jardines y parques.
Mientras, en Las Tunas destaca la urbe de Puerto Padre, llamado por muchos la Villa Azul o la Ciudad de Los Molinos.
La mencionada localidad es precisamente el centro del más extenso de los municipios de ese territorio, con unos mil 180 kilómetros cuadrados, y que ya en el siglo XVI figuraba en los mapas del Nuevo Mundo bajo la denominación de Portus Patris.
Como elemento de singularidad, en su malecón se encuentra uno de los pocos manantiales de agua dulce de la isla que vierte sus aguas en la orilla del mar.
Otra de las plazas urbanas de interés es Bayamo, actual capital de la oriental provincia cubana de Granma, y que tiene a su favor una historia de casi 500 años, al ser precisamente la segunda villa fundada por el Adelantado español Diego Velázquez en el archipiélago.