La industria turística cubana, en franca expansión en los últimos años, dispone de instalaciones hoteleras de las más diversas características, capaces de satisfacer los gustos de los clientes mas exigentes.
Centros vinculados a las ofertas tradicionales de sol y playas, orientados al conocimiento de las tradiciones e historia, especializados en turismo de negocios o de salud completan la amplia gama de alojamientos localizados por todo el país y que ya superan las 36 mil habitaciones en activo.
Con esas características encontramos en la zona costera del oeste de la capital al hotel Copacabana, considerado por muchos como una huella de Brasil en la mayor de Las Antillas, además de un sitio donde la cubanía se han juntado con la universalidad.
La particularidad de la instalación, propiedad del Grupo Gran Caribe y con categoría de cuatro estrellas, está en su ubicación en un área del residencial reparto Miramar, donde se integra en plena armonía con el entorno urbano y a la vez le aporta un toque de distinción.
Asimismo, se localiza en las inmediaciones de importantes firmas comerciales, empresas y sedes diplomáticas, con lo cual se convierte en una sede alternativa para hombres de negocios que incursionan habitualmente en el mercado cubano.
Con ese propósito, salones con los sugestivos nombres de Carioca, Amazonia y Brasil están a disposición de los interesados en realizar rondas de negocios, presentaciones y encuentros de las mas variadas orientaciones.
Para los vacacionistas que apuestan por el centro como opción de descanso, el mar y la ciudad están al alcance de la mano, en un ambiente lejos de la actividad tradicional que encierran los centros de las grandes urbes.
Inaugurado en 1955 con el nombre de Copacabana Yatch Club y apenas 88 habitaciones, vio una segunda luz en su historia a partir de 1992, cuando reabrió sus puertas tras un amplio programa de reconstrucción capital que amplió sus capacidades hasta 168 cuartos, de ellos 164 dobles y cuatro suites.
El encanto de la relación con el gigante sudamericano se refleja en los mas diversos detalles, desde el emblema del hotel -el ave conocida como Tucán- hasta los restaurantes, bares y salas de baile con apelativos típicos brasileños.
Piscinas de agua dulce y natural se integran en la oferta de servicios que brinda el Copacabana a sus clientes, en un ambiente que se torna familiar gracias a la esmerada atención del personal y el entorno íntimo que propician.
Por supuesto, su dislocación frente al mar coloca a la orden del día la opción del buceo, con posibilidades para los amantes de esa modalidad de adiestrarse bajo la tutela de instructores antes de sumergirse en las cálidas aguas que rodean a Cuba.
Gimnasios, canchas de tenis y actividades náuticas se combinan para diseñar una variante de descanso activo, complementada con la gastronomía del centro, presente en restaurantes como el Tucán, donde cada noche se rinde homenaje al arte culinario de un país en especifico, o el Itapoa.
La música, cubana e internacional, también esta presente de la mano de la discoteca Ipanema, una de las más populares de la capital y además verdadero complemento para relajar en esta instalación que ya se erige como un elemento que recuerda a Brasil en Cuba.