La industria cubana del ocio, elemento dinámico de la economía en la isla, figura entre los sectores priorizados en la nueva ley de inversión extranjera con vistas a garantizar la afluencia de capitales foráneos para su expansión.
La normativa, avalada por el parlamento en el marco de la actualización del modelo económico de la mayor de Las Antillas, otorga preferencia a 11 sectores, entre ellos precisamente el turismo.
De acuerdo con los estimados de las autoridades, el país requiere de una cifra entre dos mil millones y dos mil 500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa para un crecimiento anual promedio del siete por ciento.
Sin dudas la actividad turística, sustentada en tradicionales ofertas de sol y playa, naturaleza, cultura e historia, figura como pieza de interés para los negocios.
En materia de infraestructura para el sector, el archipiélago cubano cuenta con 60 mil 500 habitaciones hoteleras y hacia el 2020 las previsiones apuntan a las 85 mil.
Además, la mayor de Las Antillas opera tres terminales de cruceros, siete marinas y 10 aeropuertos internacionales.
Unido a ello, funcionan 26 empresas mixtas, de las cuales 12 atienden 15 hoteles, con un total de cinco mil 499 habitaciones de categorías de cuatro y cinco estrellas.
Mientras, bajo administración hotelera existen 62 contratos firmados con 17 gerencias extranjeras, de las cuales 13 son españolas, una canadiense, una jamaicana, otra portuguesa y una francesa, que abarcan 31 mil 277 cuartos.
En la isla, las propuestas gastronómicas, eventos de de cine, literatura y artes plásticas se combinan con competencias deportivas de primera línea para generar alternativas adicionales, en una mezcla donde cobra fuerza el golf como nuevo componente.
El principal balneario cubano, en el occidente de la isla, cuenta con el Varadero Golf Club, con el sello característico que le otorga un entorno donde predominan el aire puro, la vegetación y la quietud, elementos indispensables en la práctica de esa disciplina.
A ese entorno se incorporará el proyecto concertado entre la isla y la compañía británica Esencia Group, dirigido a incorporar un segundo campo a Varadero, con una inversión cercana a los 350 millones de dólares.
El conjunto comprende también una comunidad de 650 villas y apartamentos, hotel y club de campo con canchas de tenis y opciones de turismo náutico.
Los planes a mediano y largo plazos prevén unos 16 campos de golf en toda la geografía nacional, con un costo estimado en mil 500 millones de dólares.
Con ello, la mayor de las Antillas se alista con vistas a rivalizar con importantes destinos turísticos del Caribe que ya cuentan con numerosas estructuras dedicadas a la práctica del golf.
Para el desarrollo de ese deporte, la isla deberá competir con enclaves como Cancún y la Riviera Maya, ambos en México, y la República Dominicana, que suman medio centenar de campos calificados.