El panorama turístico cubano, marcado por un dinámico crecimiento en los últimos años, se complementa con ofertas de diversas modalidades para los visitantes, entre ellas la celebración de ferias y eventos especializados del más amplio espectro.
El desarrollo de esa tendencia obedece al creciente interés del segmento de hombres de negocios y turismo de eventos por los atractivos de la mayor de Las Antillas, en un entorno que va desde el ocio hasta la economía.
La más reciente muestra de esa estrategia esta en la Feria Internacional del Transporte (FIT'2001), que en su quinta edición efectuada en septiembre reunió en el recinto de PABEXPO a representantes de mas de 300 empresas de 21 países y llevó a esa plaza al máximo de su capacidad.
El objetivo esencial del encuentro, que vio la luz en la década de los años 90, apunta al intercambio de experiencias entre las compañías involucradas en la vital actividad del transporte, unido a la concertación de transacciones que en la reciente feria llegaron a los 40 millones de dólares.
Según especialistas, el rol de este tipo de cita se justifica con la importancia del transporte para la sociedad moderna y en especial el turismo, con requerimientos de elevada calidad en las ofertas dirigidas a los vacacionistas.
Punto de encuentro, intercambio tecnológico y comercial entre empresas y proveedores -tanto nacionales como extranjeros-, FIT muestra los crecientes atractivos de la isla para aquellos que apuestan por los negocios con La Habana.
Las novedades de la reciente edición se centraron en las actividades de la empresa mixta creada entre el grupo brasileño Busscar y el ministerio cubano del transporte, orientada al ensamblaje de hasta 216 ómnibus por año y perspectivas de elevar esa cifra de acuerdo a la demanda.
Por supuesto, vehículos de reconocidas marcas como Mercedes Benz, Nissan, Hyundai, BMW, Audi, Volvo, Citroen y Toyota se aprecian cada vez en mayor número por las principales arterias del país, en una evidente respuesta a los requerimientos de la economía nacional y en especial del turismo.
Las firmas automotrices foráneas miran hacia adelante, sin limitarse a la simple comercialización de sus producciones, lo cual se refleja en la ampliación de los servicios de garantía y mantenimiento de los equipos, estrategia que cuenta con el respaldo de entidades locales especializadas en esas operaciones.
Pero la atención va mas allá de los automóviles y autobuses, hasta llegar a esferas de perspectivas para los negocios con firmas foráneas, como son los casos del sector marítimo-portuario.
En esa rama se destacan la terminal de cruceros de La Habana, que cuenta con capital italiano, la presencia de firmas españolas en el centro dedicado a operaciones con contenedores en la capital y los astilleros de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, asociados a compañías holandesas.
La política oficial para el transporte, con énfasis en la eficiencia en la actividad de carga y traslado de pasajeros, crea el campo propicio para los negocios, situación aprovechada por muchos ejecutivos con vistas a acceder al mercado nacional y disfrutar de los atractivos del turismo en la isla.