La provincia de Santiago de Cuba, en la zona oriental de la isla, cuenta con espacios propicios donde se combinan los atractivos de la naturaleza con el turismo, beneficiados con un entorno en perfecta conservación.
En ese escenario destaca precisamente el Parque Baconao, con una perfecta unión del mar y la montaña, acompañado de una amplia diversidad de atractivos como el llamado Valle de la Prehistoria, donde los visitantes pueden observar réplicas de especies de esa época elaborados en piedra a escala natural.
Más de dos centenares de grandes esculturas representan a escala natural dinosaurios, mamuts y otros animales que poblaron la tierra hace millones de años.
Las tradiciones de Baconao se remontan a la época del descubrimiento, donde precisamente el nombre del sitio se relaciona con el de un pequeño aborigen perteneciente a una de las tribus precolombinas que se asentaban en la zona.
La historia menciona a un árbol mágico llamado bacona, el cual lanzó su hechizo sobre ese indígena y le permitió desde ese momento sacar música de los caracoles de la laguna, don que pasó a los árboles de los alrededores a la muerte del muchacho.
Su flora comprende diversos tipos de bosque de montaña, así como costeros, de galerías, pinares y bosques secos.
En la Reserva de Baconao existen unas mil 800 especies vegetales identificadas, con un alto interés botánico, medicinal, alimentario, industrial y religioso.
Cabe mencionar que entre las opciones del parque está la posibilidad de conocer el típico ambiente rural (campesino) de la región, el cual abarca los detalles más mínimos, desde la vivienda -el popular bohío- hasta el mobiliario, donde no faltan los taburetes.
Además, están los recorridos a caballos por el área de la instalación, en estrecho contacto con la naturaleza y que contiene además ruinas de la antigua presencia de franceses en la zona, reflejada en sus cafetales.
Restos de secaderos, despulpadoras del grano, mansiones e incluso un cementerio colonial se localizan en el territorio, como parte de un entorno cargado de historia y misterio.
Unido a ello, Baconao cuenta con un acuario, el cual permite el conocimiento de la fauna marina del Caribe en sus estanques, túneles y todo aquello necesario para el disfrute de las especies que allí viven.
Delfines y focas completan las delicias de grandes y chicos con sus travesuras y habilidades, en una especie de pausa a la vez necesaria y refrescante, con un túnel de 30 metros bajo el mar donde los visitantes observan a las especies en su propio hábitat.
Las facilidades de Baconao incluyen asimismo singularidades como el Museo del Transporte Terrestre, donde se localizan más de dos mil vehículos en miniatura junto a una exhibición de autos antiguos a tamaño real.
Por otra parte, los antiguos habitantes de la isla se reflejan ahora en la reproducción de una aldea taína junto a la laguna Baconao, a lo cual se añaden los servicios de varias instalaciones hoteleras.