El Hotel Nacional de Cuba, con una historia que arriba ya a los 85 años, se erige en pieza clave del sector turístico de la mayor de Las Antillas, con una ubicación que marca con fuerza su presencia en el Malecón Habanero.
El centro figura entre los 10 hoteles Palace del mundo, además de poseer la categoría de Monumento Nacional de Cuba y Patrimonio de la Humanidad, en tanto los documentos que registran su historia forman parte de la colección Memoria del Mundo, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A pesar del reto que representa el tiempo transcurrido, el establecimiento ha obtenido en 10 ocasiones el World Travel Awards, conferido a partir de un riguroso proceso selectivo, en el cual participan más de medio millón de profesionales del sector de viajes y turismo de unos 170 países.
Localizado en el saliente costero de Punta Brava, en la loma de Taganana -casi al extremo de la caleta de San Lázaro- ocupa el sitio donde en el siglo XVIII estaba la Batería de Santa Clara, parte del sistema defensivo de la capital cubana y de la cual aún se conservan vestigios, para deleite de los visitantes.
La atención de los vacacionistas es atrapada por las galerías de los jardines, las que recuerdan los claustros monásticos de arcadas hispano-morunas, mientras la planta principal se asemeja a tres naves paralelas de una iglesia del Medioevo.
El mayor atractivo de la instalación está precisamente en la historia que encierran sus paredes, mudas testigos del paso de personalidades de la más diversa índole, desde líderes políticos hasta artistas, deportistas famosos y siniestras figuras de la mafia estadounidense.
En sus 457 habitaciones -15 de ellas suites y una presidencial- dejaron sus huellas recogidas en la memoria fotográfica de la Galería del Golfo figuras del arte mexicano como Mario Moreno (Cantinflas), Pedro Vargas, Tin-Tan y María Félix.
Entre las divas recibidas en alguna ocasión en los salones del Nacional se citan a Libertad Lamarque, Rita Hayworth, Ava Gardner y Libertad Lamarque, hasta estrellas como las famosas "top models" Kate Moss y Naomi Campbell.
La suite presidencial, aún en activo, acogió a líderes de la época como Sir Winston Churchill, quien fuera primer ministro de Inglaterra, los reyes de Bélgica y varios de los jefes de estado que visitan a la mayor de Las Antillas.
Punto de referencia obligada para el turismo internacional y la farándula hasta la década del 50, el Nacional abrió también sus puertas al famoso nadador estadounidense Johnny Weismuller, a una leyenda del boxeo profesional que respondía al nombre de Rocky Marciano y científicos de la talla de Alexander Fleming, descubridor de la penicilina.
En épocas más recientes se convirtió en la sede tradicional de eventos vinculados con el turismo y el vino, unido a la existencia del Rincón del Cine, en coincidencia con la realización cada año en La Habana del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.