La industria cubana del ocio, convertida desde hace ya varios años en un elemento dinámico de la economía nacional, se enfrenta a nuevos retos ante el sostenido incremento en el flujo de visitantes.
Factores de carácter geopolítico, en especial el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, llevaron al turismo a un entorno favorable con vistas a su expansión.
Las cifras avalan el comportamiento de la actividad, pues al cierre del primer semestre del 2016 se contabilizaron dos millones, 147 mil 600 visitantes.
Ese balance equivale a una expansión interanual del 11,7 por ciento, lo cual a su vez representa nuevos retos para el sector en materia de infraestructura y servicios.
Además, un componente novedoso está en la presencia de visitantes procedentes de Estados Unidos, los cuales crecieron de enero a junio en el 83,9 por ciento.
Por ello, la ampliación de los alojamientos forma parte de las acciones en marcha, unido a una mayor participación del sector privado que ostenta 16 mil habitaciones y más de mil 700 restaurantes.
Los pronósticos apuntan a la creación de condiciones favorables para mantener esa tendencia al alza, pues ya Estados Unidos autorizó vuelos comerciales desde 10 ciudades de ese país a varios destinos cubanos.
De esa forma, ocho aerolíneas comenzarán a ofrecer un total de 20 vuelos diarios de ida y vuelta en los próximos meses, con partida desde Atlanta, Charlotte, North Carolina, Houston, Los Ángeles, Newark, New Jersey, Nueva York, Miami, Fort Lauderdale, Orlando y Tampa.
La medida de Washington benefició en lo particular a las compañías comerciales Alaska, American, Delta, Frontier, JetBlue, Southwest, Spirit y United.
Tras el comienzo del proceso de normalización de relaciones entre los dos países, en el 2015 unos 160 mil estadounidenses viajaron a la isla, cifra que podría superarse en el actual ejercicio.
Además, crecen los proyectos inversionistas en la industria turística, entre ellos la construcción de inmobiliarias, complejos hoteleros y campos de golf.
Esta última modalidad debe sumar en el más inmediato futuro varios campos en la isla, complementados con zonas residenciales y de recreo, para responder así a los amantes de ese deporte.
Unido a ello, cadenas hoteleras de primera línea evalúan las opciones para ingresar al mercado cubano, tomando en cuenta las potencialidades existentes y la necesidad de desarrollar capacidades a corto y mediano plazos.
Las nuevas oportunidades de inversión en la isla contemplan la posibilidad de vincular a compañías foráneas con el financiamiento de la restauración de inmuebles con fines turísticos, como variante en la modalidad de administración hotelera.
Bajo ese tipo de negocio, compañías foráneas que operan o les interesa administrar instalaciones turísticas en el país podrán negociar mayores facilidades contractuales con las propietarias cubanas, con vistas a recuperar su inversión en menor plazo.