El sector turístico cubano, dinámico elemento de la economía nacional, apuesta por la diversificación de los mercados para aprovechar el potencial existente en cuanto a naturaleza, playas, cultura e historia.
Con Canadá como principal emisor de visitantes, la coyuntura muestra una creciente presencia de estadounidenses en la isla, amparados por las 12 categorías que autorizó Washington para viajar a la mayor de Las Antillas.
Las licencias correspondientes avalan proyectos de carácter educativo, deportivo o religiosos, además de motivos familiares, médicos, investigación o periodísticos.
Bajo esas condiciones, unos 100 mil estadounidenses llegaron a la isla en el periodo de enero a abril del 2016, para convertirse en el cuarto grupo de visitantes de la isla, después de los canadienses, los cubanos residentes en el extranjero y los alemanes.
El ritmo de crecimiento de visitantes estadounidenses y cubanos en el exterior puede acelerarse a partir del otoño venidero, cuando deben comenzar vuelos directos diarios pactados entre los dos países.
Las aerolíneas comerciales autorizadas por Washington a volar a Cuba, ofrecen billetes a costos muy inferiores que las que organizan los vuelos chárteres.
Ocho aerolíneas comenzarán a ofrecer vuelos diarios de ida y vuelta a partir de las ciudades de Atlanta, Charlotte, North Carolina, Houston, Los Ángeles, Newark, New Jersey, Nueva York, Miami, Fort Lauderdale, Orlando y Tampa.
Mientras, estas operaciones corresponderán a las compañías Alaska, American, Delta, Frontier, JetBlue, Southwest, Spirit y United.
Ya en mayo arribó a la isla el buque Adonia de la compañía estadounidense Carnival, con lo cual se sumó al MSC Opera que ya estaba presente en puertos cubanos.
Asimismo, MSC Crociere, incluirá otra embarcación en la etapa 2016-2017, mientras la empresa norteamericana Royal Caribbean solicitó comenzar sus operaciones con 72 escalas entre La Habana y Miami.
Unido a ello, la industria cubana del ocio mantiene la atención prioritaria sobre Canadá, algunas naciones sudamericanas y europeas, consideradas las de mayor emisión de turistas a la isla.
Además, está la posibilidad de fomentar programas multidestino, los cuales tienen en su contenido diversos atractivos cubanos y de naciones en la región como México y países del Caribe.
Por supuesto, la estrategia de diversificación está acompañada de la expansión de la infraestructura hotelera y de servicios al turismo, así como de aeropuertos, en un programa que apunta hasta el 2030 para garantizar el esperado crecimiento en las cifras de turistas.
Las inversiones comprenden al capital cubano y extranjero, con una amplia gama de posibilidades de negocios en el sector que se erigen en atractivo para el empresariado foráneo.