El archipiélago cubano, pleno de atractivos para el turismo por sus excelentes playas y cálidas aguas, suma el potencial existente para las modalidades vinculadas con la naturaleza.
Las propuestas culturales y de historia se complementan con aquellas que ofrece la opción conocida como Campismo Popular que acumula ya más de tres décadas de actividad.
El Grupo cuenta con 15 empresas (una dirección en cada provincia del país) y la firma Cubamar es la encargada de la comercialización, unido a 29 agencias de venta y cuatro puntos itinerantes para las reservaciones, con un sistema automatizado.
Campismo Popular, como se conoce en Cuba a las acampadas, que comenzaron con tiendas de lona y ahora combinan este tipo de descanso con alojamientos de bajo costo, cuenta con 92 instalaciones (más de cuatro mil 620 cabañas y 19 mil 749 capacidades).
Además, cuenta con cuatro villas internacionales, ubicadas en las provincias de Pinar del Río (occidente), Cienfuegos (centro) y la oriental Santiago de Cuba, unido a seis unidades extrahoteleras y dos puntos náuticos.
En la actualidad existe una amplia gama de posibilidades de disfrute de aventuras, cabalgatas, juegos, paseos y encuentros culturales, diseñados para todo el país, en particular para los jóvenes.
La relación de bases para esta opción turística incluye a Dos Hermanas, Cueva de los Portales, Escaleras de Jaruco, La Laguna, Río Canímar, Villa Internacional Guajimico o Los Cangilones.
Una de las plazas fuertes de esa variante se localiza en el Valle de Viñales, ubicado en la occidental provincia de Pinar del Río, con sus peculiares formaciones de mogotes, elevaciones de paredes verticales y cimas redondeadas que en ocasiones superan los 400 metros de altura.
Extensos sistemas cavernarios completan el singular atractivo de esa zona, con su mayor exponente en la Cueva de Santo Tomás, que cuenta con más de 45 kilómetros de galerías ya exploradas, o las cerca de 750 variedades de orquídeas que se localizan en Soroa.
Hacia el centro y sur de la isla se localiza la Ciénaga de Zapata, con unos cinco mil kilómetros cuadrados de extensión y considerada el mayor humedal del Caribe, la cual acoge además a más de mil especies de la flora y un criadero de cocodrilos que ostenta ya renombre internacional.
El salto de agua del Caburní, con sus 64 metros de altura, la cueva de Martín Infierno y su estalactita de más de 60 metros -entre otros atractivos- esperan a los turistas que arriban a la región central de la isla, con el más importante sistema montañoso de esa zona en el Escambray.
Hacia el oriente, las mayores alturas del país en la Sierra Maestra marcan la riqueza del Parque Nacional de igual nombre, donde las historias, leyendas y las tradiciones más autóctonas están presentes junto a una naturaleza de espléndida belleza.