La industria cubana del ocio, inmersa en un sólido escenario de expansión en los últimos meses, se apoya en propuestas únicas que resultan de interés para miles de visitantes cada año.
En esa dirección se incluyen los tradicionales festivales anuales del habano, dedicados a los excelentes puros manufacturados en la isla a partir de un tabaco considerado por los expertos como el mejor del planeta.
En la edición del 2017, la cita tendrá a las marcas H. Upmann, Montecristo y Quai D’Orsay como las protagonistas, con vitolas únicas para deleite de los amantes de los puros.
Aunque se cultiva en la actualidad en casi todas las provincias del país, las mejores tierras para esa actividad en la isla se localizan en el occidental territorio de Pinar del Río -en especial la zona de Vueltabajo-, considerado la cuna del mejor tabaco del mundo.
Una perfecta combinación de suelos, clima y humedad dan lugar a un producto que es calificado por los entendidos de exclusivo en el orbe por su aroma, color, textura y sabor, todo ello indispensable a la hora de preparar los famosos habanos de la isla que tanta demanda enfrentan entre la clientela más selecta.
La industria del habano en la isla tiene para los gustos más exigentes una amplia gama de cerca de cuatro decenas de marcas y más de 700 vitolas, todas de elevada calidad.
Las finas vegas de la occidental provincia de Pinar del Río aportan casi la totalidad de las capas utilizadas para la envoltura exterior del puro, sometidas al final de un proceso que puede durar más de un año a cerca de 190 operaciones antes de concluir en las manos de un fumador.
La preparación de un habano representa para su creador una verdadera obra de arte, trabajada todo el tiempo a mano, y comienza desde la escogida, donde se seleccionan las hojas por su tamaño y clase y de acuerdo a las características específicas de cada tabaco o vitola.
A decir de especialistas el secreto de un buen tabaco está en una perfecta ligada, donde se combinan en la proporción debida hojas voladas, secas y ligeras.
Su creciente aceptación dio lugar al surgimiento de instalaciones especialmente diseñadas para el disfrute de una excelente vitola y la conservación del producto en condiciones ideales.
En ese último aspecto entra a jugar el arte de ebanistas especializados, encargados de confeccionar con maderas selectas humidores donde los habanos se protegen de los cambios de ambiente y mantienen el aroma y sabor que los eleva a la categoría de tesoros para sus dueños.
Desde el punto de vista histórico, la corona española otorgó el visto bueno al cultivo del tabaco mediante cédula real de 1614 y asumió asimismo el monopolio de su comercialización en 1740, con el surgimiento de la Real Compañía de Comercio de La Habana, inicio de una de las primeras y más importantes industrias de la isla.
Cuba vende en más 100 países de todos los continentes alrededor de 34 marcas de tabaco Premium.
Para esos fines, la isla cuenta con 45 empresas (16 agrícolas, ocho agroindustriales, 10 de tabaco torcido, cuatro de cigarrillos y siete de servicios y comercialización).
En este sistema tabacalero del país, laboran alrededor de 200 mil personas, incluidos familiares de los productores que apoyan en la cosecha.