La industria turística cubana, considerada uno de los elementos de mayor dinamismo en la economía nacional, concentra el interés de inversionistas foráneos, atraídos por las oportunidades del sector.
Las prioridades se orientan a nuevos hoteles en destinos como La Habana, Varadero, Trinidad, Holguín y la cayería norte de la isla, además de negocios vinculados a los productos de naturaleza.
Además en el 2016 se aprobó una cartera de 110 nuevas oportunidades de inversiones.
También resalta la negociación y aprobación de varios contratos de administración donde las operadoras extranjeras aportan financiamiento para la remodelación de los hoteles, modalidad en que los inversionistas extranjeros están teniendo cada vez más interés.
El sector turístico captó cerca de 16 por ciento de la inversión extranjera en los últimos años, con 27 empresas mixtas que cubren unas cinco mil habitaciones y contratos de administración de 18 cadenas internacionales en 69 hoteles.
Asimismo, se ejecuta un amplio programa de recuperación de inmuebles patrimoniales en todo el país, con vistas a la expansión de la red de hoteles Encanto.
Entre las iniciativas más recientes está el Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana, bajo gestión del grupo suizo Kempinski, de lujo cinco estrellas plus en la histórica Manzana de Gómez, construida entre 1894 y 1917 como el primer centro comercial en estilo europeo.
Kempinski La Habana posee seis niveles y una capacidad de 246 habitaciones, el 29 por ciento de tipo suite y junior suite, además de contar con una variedad de restaurantes y bares.
Asimismo, en el sexto piso se ubican una piscina pública, un bar, una cafetería, cuatro salas de negocios, un gimnasio, un SPA, salones donde se ofrecerán servicios de masaje y acupuntura, y una terraza con un restaurante panorámico con vistas a una ciudad declarada maravilla del mundo moderno.
En la planta baja se prevé un área de ventas de la cadena de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) Caribe y del grupo empresarial CIMEX, con 16 locales destinados a productos de marcas reconocidas como Armani, Versace, Mango y Lacoste.
En sus inicios ocupó solamente una planta, con galerías cubiertas hasta 1918 que se le añaden cuatro niveles, y para facilitar los accesos le colocan ocho ascensores.
En total llevó 560 cubículos que se emplearon en oficinas, y otras instancias como las academias comerciales Pittman ubicadas en el segundo nivel y la Gregg en el quinto, con alumnos en busca de prepararse en métodos de taquigrafía y mecanografía.